21 noviembre, 2024

¡Descubriendo el agua tibia!

Analizando el contorno del país y de mundo, encontramos que hay personas pobres y personas ricas, igualmente hay países pobres y países ricos.

Dicha diferencia entre pobres y ricos no radica en el tiempo de su existencia. Fácilmente demostrable poniendo como ejemplos a países como Guatemala, Bolivia, Nigeria… que tienen culturas impresionantes de milenaria antigüedad y son pobres.
Por el contrario hay países como Australia, Corea del Sur, Singapur y Nueva Zelanda, que hasta hace poco más de 150 años eran desconocidos y hoy son países desarrollados. Reinados y estados devastados en cuando menos dos guerras mundiales ¡Alemania, Inglaterra, Japón, Polonia..! Que se han recuperado y son ejemplo de prosperidad.

Debemos incluir los Estados Unidos de Norte América que pobló en pocos decenios una gigante área inhóspita y se convirtió en el primer país del mundo que habiendo efectuado el titánico esfuerzo se dedicó, y dedica, a ayudar a otros pueblos.

La diferencia no está en contar con recursos naturales. Japón, por ejemplo, tiene un territorio muy pequeño y montañoso que no sirve para la agricultura ni la ganadería y sin embargo es una potencia económica mundial.

Suiza, sin océanos, pero tiene una de las mayores flotas náuticas del mundo.
Carece de cacao, pero elabora el mejor chocolate del mundo. En sus pocos kilómetros cuadrados cría ovejas y cultiva el suelo solo cuatro meses al año ya que en los restantes es invierno. Pero brinda al mundo los productos lácteos de mejor calidad de toda Europa. Tampoco cuenta con productos naturales pero da y exporta servicios con calidad muy difícil de superar. Mónaco, Liechtenstein, Malta…
¿Será la inteligencia de las personas la que hace la diferencia? El contrario lo demuestran estudiantes de países pobres que emigran a los países ricos y consiguen resultados destacados en su educación.

Otro ejemplo son los ejecutivos de países ricos que visitan nuestras fábricas y al hablar con ellos nos damos cuenta que no hay diferencia intelectual.

La raza no hace la diferencia. Porque son innumerables los indios, latinoamericanos, negros que han llegado a zonas desarrolladas con una mano adelante y otra atrás para convertirse en magnates de sus propias empresas o jefes máximos de transnacionales.

¿Qué hace la diferencia?

LA ACTITUD DE LAS PERSONAS HACE LA DIFERENCIA.

La conducta de las personas progresivas cumple las siguientes reglas:

  • Lo ético como principio básico.
  • La integridad.
  • La puntualidad.
  • Respeto a las leyes, los reglamentos y por el derecho de los demás.
  • Cumplimiento de sus deberes
  • Su amor al trabajo, y por sobre todo, repito, su honestidad y la responsabilidad.

¿Necesitamos hacer más leyes? ¡Que va! Sería suficiente que cumplan y establezcan estas simples reglas que para los gobernantes no les convienen.

Los países pobres lo son por el paternalismo de sus gobiernos y el mal ejemplo que significan al no acatar las antes mencionadas reglas en su vida diaria. Al poner y fomentar el mal ejemplo de llorar para mamar.

No somos pobres porque a nuestro país le falten riquezas naturales o porque la naturaleza haya sido cruel con nosotros. Simplemente somos pobres por Nuestra Actitud.

Nos hace falta carácter y unión entre nuestros conciudadanos para cumplir estas premisas básicas del funcionamiento de la sociedad.

Si esperamos que el gobierno solucione nuestros problemas ¡Esperaremos toda la Vida para que los caporales las asuman!

Estos objetivos nos hará triunfar, ser libres y encaminarnos a la buena vida y prosperidad.

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