21 noviembre, 2024

¿Qué pasa en la Universidad Ecuatoriana?

Soy del criterio que al evolucionar constantemente la sociedad, será necesario que la Universidades se adecuen a las nuevas necesidades y tendencias; así, para poner un ejemplo, pensemos en una comparación entre la Universidad Napoleónica y la Universidad actual. Las necesidades y desafíos durante la Universidad Napoleónica eran muy distintas y menores que la actual, pues hoy por hoy existe un enorme desarrollo en las comunicaciones, en las vías de trasportes, en la producción y procesamiento de alimentos, en la comercialización, etc.

Por otro lado, los organismos del gobierno quieren implementar una serie de reformas dentro de la Universidad ecuatoriana por lo que considero necesario realizar las siguientes reflexiones:

a) El maestro universitario, al contrario de los que consideran que su mayor virtud es conocer profundamente la materia especializada que imparten sin adentrarse en el estudio de la pedagogía, están sosteniendo una verdad a medias, pues, si es cierto que el maestro universitario debe de ser un experto en su materia, no es menos verdad que debe poseer conocimientos en la rama pedagógica. No debemos de olvidarnos que el magisterio es una ciencia y un arte, motivo por el cual el preceptor tiene la obligación, además de dominar la parte científica, poseer la facilidad de trasmitirla. Pongamos un ejemplo de un profesional universitario de extraordinario mérito científico, autor de muchos libros sobre la especialidad, pero que huérfano del arte de trasmitir conocimientos, imparte una enseñanza que no llega a sus alumnos. A. j. Cronin en su obra “Los verdes años”, se refiere al caso de un profesor universitario que explicaba con gran soltura los detalles anatómicos y pese a lo árido de la materia era esta una de las más fáciles.

Por otro lado, la Ley Orgánica de Educación Superior exige que el profesor universitario posea estudios de maestrías y doctorados PHD (investigación) para permitirles el acceder a dignidades de dirección y poder seguir en la cátedra. Sin embargo, no se están dando las posibilidades para poder obtener estas maestrías o doctorados en tan corto tiempo, por lo que se podría dar el caso de que la gran mayoría de profesores de las Universidades públicas y privadas tendrían que retirarse de ellas y de acuerdo a lo que ha señalado el gobierno serían reemplazados por profesores jubilados o profesores jóvenes desempleados de nacionalidad española o cubana que ante la crisis de esos países aceptarían venir al Ecuador para ocupar no solo las cátedras sino también los puestos de rectores.

b) Insistiendo sobre la capacidad pedagógica del maestro, vale la pena rememorar lo que afirmaba el Dr. Severo Ochoa, Premio Nobel, quien realizó extraordinarios descubrimientos. Ochoa dirigía investigaciones científicas, planificaba procedimientos, experimentaba con reactivos, etc. Ochoa no dictaba clases de química ni de bioquímica etc. Su misión estaba en el laboratorio. De allí la necesidad de que en la instrucción universitaria se analice y se establezca requisitos para el maestro que dirige una investigación, y el maestro que imparte una clase general. En el primer caso, se deberá de emplear, generalmente el método deductivo, dar nociones claras de los fundamentos de la materia, mientras que con el segundo el método utilizado será mayoritariamente inductivo.
Por los motivos expuestos, esperamos que el gobierno y sus organismos encargados recapaciten y respeten la autonomía universitaria en el Ecuador ya que lo mismo ocurrió en Venezuela con nefastos resultados para la Educación Superior en ese país.

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  1. Excelente artículo. Realmente preocupa la realidad de la Universidad ecuatoriana, las exigencias de un PHD o una Maestría para ser docente Universitario ¿será una garantía de que este profesor pueda impartir el Conocimiento? Cuantos médicos, juristas, ingenieros; entre otros respetables profesionales no tienen un título de IV nivel, pero son brillantes docentes; salvan vidas dando lo mejor de cada uno para sacar adelante la tarea encomendada. Y ahora tienen que salir de la Universidad por tener un IV nivel. Creo que es preocupante la ligereza con la que se está decidiendo sobre los destinos del Alma Mater ecuatoriana. El gobierno debe replantearse la realidad ecuatoriana y la incidencia de la Universidad en NUESTRA VIDA, no la Universidad de los países del primer mundo que enfrentan economías diferentes a las nuestras y por ende tienen otras políticas, exigencias y formas de vida.

  2. Una Maestría o un pHD no garantiza la calidad de enseñanza de un maestro hacia sus alumnos. A nivel secundario hasta mediados de la década de los 70, el colegio Nacional «Mejía» de la capital ecuatoriana fue uno de los mejores establecimientos, que entregaba bachilleres de alta calidad y fue justamente porque la gran mayoría de profesores eran profesionales (ingenieros, médicos, abogados), con la nueva ley la enseñanza de segundo nivel, paso a manos de los licenciados en filosofía y letras, que no han aportado en nada para mejorar la educación.

    En el caso de los docentes universitarios, donde se exige maestrías o PHD, tampoco son una garantía de la mejor enseñanza, conozco profesores con maestría en establecimientos universitarios de la provincia de Pichincha, que han suscrito contratos de consultoría para sistemas de agua potable, alcantarillado y plantas de tratamiento, que desconocen totalmente los procesos para el diseño de estos sistemas, Un profesional para realizar estos trabajos, debe tener conocimiento de por lo menos las cuatro materias fundamentales como: química para determinar el tipo de coagulante, matemáticas para determinar la cantidad de este químico, la física que permita un gradiente de velocidad para mantener el flóculo, y la biología para remoción de microorganismos, sin embargo son profesores universitarios sobre estas mismas matedrias.

    Creo que lo más conveniente es que el candidato para enseñar una materia universitaria, debe tener el perfil adecuado, someterse a un concurso de merecimientos y oposición aunque tenga únicamente tercer nivel, ya que hemos comprobado, que títulos de posgrado (maestrias, doctorados PHD) han sido comprados como el caso de los ministros Espinel Alvarado

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