Dice un viejo refrán popular, que en la viña del señor hay de todo: buenos, no
tan buenos, malos y canallas.
Y aunque dudemos en admitirlo, quien de nosotros en el transcurso de la vida
no se ha encontrado con uno de estos. Pero, ¿que es en realidad un canalla?
¿Cómo identificamos a uno cuando lo tenemos cerca?
Dice el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, que El Canalla
es una persona despreciable y de malos procederes; “gente baja, ruin”.
Etimológicamente, la palabra canalla viene de la voz italiana “canaglia”, que
correspondía a una “jauría de perros”, que en sentido figurado ya era un insulto
que se refería al individuo que actuaba sin escrúpulos y con maldad.
En la literatura, William Shakespeare los definía como “un bribón, un devorador
de carnes rotas, un
base, orgulloso, superficial, miserable, un cobrade…”
Desde una mirada psicoanalítica, definir a un Canalla es una tarea dificil, ya
muchos lo han intentando. Para Freud y Lacan, el canalla es inaccesible, y un
psicoanalista no debería malgastar su tiempo en individuos tan ruines.
Freud les atribuyó las siguientes características: “maldad simple e inmoralidad
directas, sin profundidad”.
Lacan se refería al canalla como “un tonto, un fool, un bufón retardado”, un
sujeto débil simbólico (no es inteligente, al contrario de lo que se cree), al
que nada lo detiene, y que junto con otros, bien puede armar una canallada
colectiva.
Hoy en día es un sinónimo de “rastrero, miserable, mezquino, bandido, pillo,
granuja, sinvergüenza”.
Este tipo de individuos se encuentran en todos lados, en el trabajo, en la
vecindad, en la familia, y hasta escondidos en la religiosidad.
Algunos canallas generalmente suelen tomar como propio lo que no le
pertenece, y en su afán canallezco, incurren en muchos delitos y violaciones
a la Ley, y es allí donde usted amable lector puede entrar en acción y
denunciarlo, pues seguramente al igual que yo, conoce a varios individuos de
esta especie.
Luego de leer este su interesante artículo y haber visto las imágenes poe TV de las «nuevos» afiliaciones a determinados partidos políticos, termino por pedir a Dios permita la «resurrección» de LEÓN FEBRES CORDERO, para que les hale las orejas a los de «su partido» (PSC) y uno, muy especial, especial a quien él lo cambió por su magnífico Secretario y ahora anda de la mano con el «coronel» golpista…… QUE PENA, LEÓN DEBERÁ ESTAR QUE SE REVUELCA VER AL EX-«EN CONTACTO DIRECTO», enrolado dentro de aquellos a quienes él se encargó de atacar, especialmente a SU LÍDER INDISCUTIDO….. ESO ES SER CANALLA ……LOS DEMÁS SON NIMIEDADES.. …..