24 noviembre, 2024

Viaje al pasado

Hoy me siento nostálgica y el trabajo me desborda, pero hay una
sensación de alivio que alcanzo a encontrar viajando al pasado.

Hace no sé cuantos millones de años el continente africano era un
paraíso verde y no me obliguéis por favor a complaceros con la
fecha exacta pues si tengo que contar año tras año no acabaré
nunca el artículo.

Allí vivían los simios. Pero de pronto, en un
período de tiempo determinado, surgió el valle del Rift y las
mesetas se encumbraron varios miles de metros de altitud aislando
la parte oriental del resto del continente y qué supuso eso?, pues
que cambió el clima en esta parte tornándose más seco y mientras
los simios de la parte occidental seguían tan felices colgados de sus
árboles y haciendo malabarismos con las bananas, si es que existían
claro está, los de la parte oriental se fueron quedando sin arboleda
y sin verde y sin humedad, y desaparecieron?

No, simplemente se adaptaron, para lo que tuvieron que enderezarse y eso porqué,
pues porque un cuerpo en posición vertical ofrece menos superficie
expuesta a la radiación solar que es mucho más fuerte en la sabana
y también los ojos, quienes al mirar al frente y no hacia abajo,
permiten ver más lejos y percibir así antes, las posibles amenazas.

Y el tiempo transcurría mientras iban apareciendo las primeras
especies humanas que, para combatir la cada vez mayor desecación
alcanzaron un gran desarrollo del cerebro, tanto en tamaño como
en complejidad. Y llegamos a una época más reciente, sólo unos
pocos de miles de años, cuando ya se conocía la agricultura y las
malas cosechas provocaban el hambre y las enfermedades, se
vinieron abajo nuestros antepasados? No, descubrieron que
sembrando más habría más para todos y crearon los excedentes,
que permitirían cubrir las necesidades en épocas de carestía. Y de
esta manera tan resuelta llegamos al momento actual donde nos
encontramos con situaciones que de una u otra manera perturban
nuestro habitual estado de bienestar, situaciones como la de
muerte de una persona allegada, grave enfermedad, temas de
estudio difíciles de digerir, incidente en el terreno laboral o exceso
de trabajo como es ahora mi caso, para lo que ya no me siento en
absoluto agobiada pues he asimilado que esa capacidad de
adaptación a los cambios de alguna forma sigue latente en nosotros,
en nuestro interior y sólo hay que saber aplicarla cuando llegan esos
cambios.

Por cierto, la nostalgia ha debido quedar sumamente
complacida con esa breve estancia en el pasado remoto, será que se
consume en sus recuerdos?

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La trituradora

El padre Luis Martínez de Velasco, fue un sacerdote español, que llegó al Ecuador en el año 1968, primer rector de la Iglesia rectoral, San Josemaría, en la vía a Samborondón; escritor fecundo y colaborador de diario El Universo, con la columna “Dios y yo”, su último artículo a propósito de la festividad de Cristo Rey, lo empezó a escribir un día antes de su partida al Padre, fue publicado hasta el sexto párrafo, hasta donde lo dejó. Sugería revisar la caridad en cada uno, de acuerdo a lo que exhorta el Papa Francisco en Evangelii Gaudium (La alegría del Evangelio), para no caer lo que se puede llamar, “caridad a la carta, una serie de acciones tendientes solo para tranquilizar la propia conciencia…”

Cuando recibí la noticia de la muerte del Padre Martínez de Velasco un dolor profundo e intenso envolvió mi alma e hizo aquietar mi corazón, sentí algo que podemos llamar “orfandad espiritual”…el padre Martínez tenía en mi, y pienso que en muchos, esa etiqueta de permanencia que nos llevó a creer ingenuamente, que nunca se iría de nuestro lado.

No hay comentarios

  1. Creo que la adaptación es el componente esencial del crecimiento y es realmente admirable ver cómo el ser humano hace frente a las situaciones de la vida. Lo que sería interesante es indagar en las motivaciones subyacentes que hacen posible esa adaptación…

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