¿Al inscribirse las listas para asambleístas todos los ecuatorianos nos
preguntamos qué relación puede existir, entre la política, los medios de
comunicación y quienes laboran en ellos? En este artículo trataremos de
analizar esta difícil relación.
En primer lugar para poder comprenderla recurriremos a la historia y
mencionaremos que en el año de 1917 a través de la radio el Crucero Aurora
difundió las instrucciones del Comité Revolucionario al Ejército Rojo de
Petrogrado, para que los bolcheviques se expandieran y se pudo apreciar en
toda su magnitud la importancia que los medios de comunicación tienen en
la gestación de los hechos sociales, apreciación que se refuerza si recordamos
que Hitler, Mussolini, o Roosevelt, triunfaron entre otras cosas, por la acertada
utilización que tuvieron de la radio.
La radio, cuya aplicación masiva comenzó en 1927, rápidamente se extendió
por todo el mundo civilizado, a tal punto que en la actualidad prácticamente
todas las personas poseen un receptor.
Asimismo, la televisión cuyos primeros experimentos comenzaron en 1928,
experimentó un enorme crecimiento a partir de la terminación de la Segunda
Guerra Mundial, a tal punto que el día de hoy el aparato de televisión
sustituye a la chimenea de antaño, lugar junto al cual se reunía la familia. Para
comprender mejor el enorme impacto de este invento, recordamos que nos
despertamos con las noticias matutinas y nos acostamos con las noticas de la
noche que transmite el televisor.
Llama poderosamente la atención, y deberá ser materia de un estudio
psicológico especial, una característica que se detecta en muchos líderes
políticos: sus antecedentes de locutores y actores. Citemos algunos casos: Eva
Duarte de Perón, y Ronald Reagan, locutores y artistas. La una represento un
papel en la Política Argentina; el otro lo representó en la norteamericana.
Esta característica también se presenta en el Ecuador, donde los políticos
para obtener una mayor votación conforman sus listas con personajes de la
radio y la televisión. Este hecho, a su vez nos recuerda otro: cuando Augusto
en Roma se estaba muriendo, sus últimas palabras fueron “He representado
bien mi papel” Aplaudid ciudadanos”.
Por los motivos expuestos, llegamos a la conclusión de que en la actualidad
lamentablemente la política y la actuación van de la mano. Asimismo,
mientras mejor papel representen los políticos tendrán más votos, lo grave
está en que ya conocemos que tales actores de televisión, una vez elegidos,
olvidaran sus promesas y la desesperanza es mayor para las masas que
ingenuamente creyeron en sus palabras.
Por otro lado, es una contradicción que el gobierno nacional quiera por
intermedio de sus organismos controlar la educación superior exigiendo
a los profesores universitarios doctorados PHD y maestrías, sin embargo
conforman las listas de sus candidatos al igual que otros partidos con
personas que solo tienen experiencia como actores de televisión o futbolistas.