Tras 15 años de ausencia, unos parientes deciden retornar a Guayaquil para
visitar a la familia. Aprovechando su estadía deciden recorrer y recordar esta
siempre bella ciudad: El Malecón 2000, El Cerro Santa Ana, el Malecón del
Salado, El Barrio Las Peñas, la Playita del Guasmo, el puente Zigzag, entre
otros fueron los muchos lugares que gratamente recorrieron; pero faltaba la
visita más esperada, El Parque Histórico, que por referencia conocían era
uno de los sitios más emblemáticos, por constituir un refugio único de turismo
con fines educativos. Precedido por calles de piedra y elegantes señoritas
con atuendos de la época que reviven tiempos de antaño, con un adecuado
tranvía eléctrico que en la antigüedad era tirado por mulas, el Malecón 1900
como también se lo conoce, conserva lo mejor de las tradiciones y la antigua
arquitectura urbana de los siglos XIX y finales del siglo XX, que muestra la vida
de nuestro Guayaquil antiguo y la edad de oro del Puerto Principal del Ecuador.
A su arribo, un inusual ambiente de carpas aglutinadas cubría las clásicas
fachadas. “Stands” y kioscos con bisutería, ropa, dulces, accesorios de
decoración, hacían lucir al clásico Parque como si fuera un Mercado, un
“Mercadillo”. Las Guías turísticas de la entrada trataban de relatar que bajo
unas modernas butacas de cuero junto a un bar yacían las rieles del tranvía,
y tras una mirada fugaz, los turistas pudieron divisar pabellones de comidas
rápidas, cocteles y juegos inflables, ante lo cual, con decepción y tristeza se
retiraron, pues su anhelo era recorrer un lugar turístico.
Si bien la promoción de microempresarios independientes es un proyecto
loable, pues constituye un motor de desarrollo y producción para un sector
significativo de la economía; es también importante considerar los lugares
en que dichos eventos se realizan, pues los turistas encontraron un notorio
desfase entre la presentación de lo que suponían era una línea arquitectónica
del siglo XIX, y una excelente idea de los emprendedores que no se
compadece con el quehacer turístico que busca un reencuentro con la historia.
Por ello, quizás los administradores del Parque Histórico deban replantear sus
eventos, siempre en pro del turismo.
Que dura realidad la que nos refleja Dianita. Qué pena que no seamos capaces ni siquiera de poder defender lo nuestro.
No visito el Parque Histórico desde hace algún tiempo. Me pareció una buena idea la del Gobierno que no se cobre entrada, pero me parece terrible que sea convertido en esto.
Era preferible que cobren y que se lo mantenga con lo recaudado, o que busque un grupoo de personas para formar una Fundación para mantenerlo y no cobra.
Estoy seguro que habemos muchos guayaquileños que amamos Guayaquil y que queremos mantener lo nuestro, que podríamos ayudar para el mantenimiento de esto.
Ya casi no queda nada de la bella época del Guayaquil del siglo pasado..
¡Cómo quisiera que haya alún lugar a donde nos pudieramos dirigir parasalvar lo más bello de nuestra Patria: su Historia, sus tradiciones y sus recuerdos.
Un beso, Diana. Gracias por defender nuestra Ciudad
JFGR
No me gusta el parque historico yno me gusta como es