El 24 de diciembre muchas familias en la unión de sus seres queridos
celebraron la Nochebuena, con la tradicional cena navideña, en la que el
famoso pavo y el delicioso relleno no pueden faltar. El infalible árbol de
navidad, que conforme pasan los años va cambiando de color, alberga bajo
sus pies los regalos para los más jóvenes de la casa, que con la ilusión
de todos los años esperan que el Gordo “Papá Noel”, les traiga el regalo
anhelado.
A las 12 de la noche los abrazos, un brindis, la cena y los regalos.
La Navidad es ciertamente la época más feliz del año, y no solo por las calles
llenas de luces y sonrisas extras en los niños, pues para nosotros los cristianos
simboliza algo maravilloso, y es que Jesús, hijo de Dios, se hizo hombre para
abrirnos las puertas del cielo, para salvarnos.
Es tiempo de demostrar afecto
a las personas que en realidad amamos, y no con regalos, sino con hechos, y
palabras, porque el 25 de diciembre en un portal de Belén nació el niño Jesús,
símbolo de esperanza que nos invita a la refección, y al perdón, ofreciéndole a
él, que podemos ser mejores, que podemos vivir mejor como seres humanos,
como nación.
Esta es también una linda época para reflexionar sobre nuestro voto,
considerando que en enero comienza oficialmente la campaña para las
elecciones 2013, y debemos meditar en dar nuestro respaldo a los mas
preparados, y a quienes creamos que nos puedan representar y gobernar.
Quizás en la campaña nos encontremos con algunos “burritos Sabaneros” que
camino a la Asamblea, nos ofrezcan cosas insensatas o imposibles, con el
único afán de conseguir votos y un curul. Por ello sería una buena idea que
el Consejo Nacional Electoral exija a los diferentes medios de comunicación
presentar los perfiles de los variados candidatos con sus respectivas hojas de
vida con sus títulos “legalmente reconocidos”, para que los votantes sepamos
quienes cuentan con la suficiente preparación y experiencia que les permita
crear las leyes que tanto necesitamos en el país.
A mis amables lectores en estas fiesta les recuerdo, que los que “beben y
beben, y vuelven a beber”, son los peces en el río y no usted, ¡Felices Fiestas!