El plagio

Me preocupa mucho el cariz que está tomando el país con esto de los plagios y de las tesis doctorales.

Nosotros no hemos sido nunca un país que haya destacado por sus investigaciones. Hemos tenido varios hallazgos, la mayor parte de ellos fortuitos. Hemos tenido investigadores de talla y renombre, pero estos han sido la honrosa excepción a la regla.

¿A qué llamamos plagio? Si yo copio lo que otro ha escrito o dicho, ¿Es eso un plagio? Eso depende. Si yo lo pongo como resultado de investigación mía, y la teoría es de otro, por supuesto que es un plagio. Si yo escribo su teoría y la copio indicando la fuente de donde la he obtenido, y reconociendo la autoría de esa investigación, no estoy cometiendo un plagio, estoy dando el crédito correspondiente a la persona que hizo esa investigación, y estoy usándola para explicar mi teoría sobre ese tema, ya sea a favor o en contra de la idea del primer investigador.

Nadie es dueño absoluto de la verdad. Sólo Dios, el Supremo hacedor, puede tener el derecho a considerarse dueño de la verdad absoluta. Los mortales sólo tenemos derecho a reproducir las frases que han expresado antes otras personas, y a atrevernos a exponer nuestras teorías sobre cualquier tema. Muchos de los refranes que se repiten constantemente, muchos de los proverbios, muchas frases ingeniosas han sido expresadas antes por otras personas, y no por eso, no tenemos derecho a repetirlas. Si es una frase que fue expresada por fulano o mengano, por ejemplo: “Nadie se me baja de la camioneta”, si es vox populi el nombre de quien la dijo, no es necesario indicarlo, pero se debe indicar que, “como ya se ha dicho…” ó “como alguien dijo…”. Expresarlo como si uno fuera el autor, es un plagio.

En una tesis doctoral, el alumno debe revisar muchos documentos, libros, escritos, etc., y debe indicar en cada toma copiada literalmente, de donde viene eso. No hacerlo si es delito, no sólo para anular su trabajo, sino para incluso poder seguir un juicio penal, por robo de derecho intelectual, si el caso amerita.

Si la persona indica la fuente de donde extrajo ese material, está totalmente libre de culpa. ¿Puede una persona pecar de omisión, de buena fe, y cometer un acto ilícito? En nuestro medio, donde recién ahora se está comenzando a juzgar esta materia, sí.

Es necesario advertir a los estudiantes la obligación de estudiar y de hacer las cosas no del modo fácil, sino del modo correcto.

Hay culpabilidad también del Profesor que dirigió la tesis, pues no revisó completamente las fuentes. Es imposible que alguien pueda almacenar tanto material didáctico en su cabeza, por eso, si alguien desea dirigir una tesis, tiene la obligación de revisar detenidamente el material que presenta el estudiante, averiguando y revisando de donde extrajo ese material.