En los últimos días hemos escuchado a muchos políticos y académicos hablar
sobre el Plagio, y varios se preguntarán ¿porque tanto escándalo alrededor de
este tema? A continuación unas citas académicas al respecto:
Dice el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española que: Plagiar es
“Copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias”. En esa línea
se sostiene con mucho tino que “el plagio constituye el más grave atentado
al derecho de autor, pues en esencia significa desconocer la paternidad del
autor, y por consiguiente, la relación que le une con la obra sustrayéndole a
todo conocimiento e ignorándole toda aportación creativa” (Latorre, Virgilio.
Protección Penal del Derecho de Autor. Ed. Tirant lo Blanch. Valencia.1994. p.
175). Nótese que esto no lo digo yo.
En el Ecuador, existe hace muchos años La Ley de Propiedad Intelectual, que
en uno de sus artículos dice que “Serán reprimidos con prisión de tres meses a
tres años y multa de quinientas a cinco mil unidades de valor constante (UVC),
tomando en consideración el valor de los perjuicios ocasionados, quienes en
violación de los derechos de autor o derecho conexos:
a) Alteren o mutilen una obra, inclusive a través de la remoción o alteración de información electrónica
sobre el régimen de derechos aplicables;
b) Inscriban, publiquen, distribuyan,
comuniquen o reproduzcan, total o parcialmente, una obra ajena como si fuera
propia;
c) Reproduzcan una obra…” Sin embargo, la ley expresa también, que
son lícitos exclusivamente ciertos actos que no requieren la autorización del
titular de los derechos, como “La inclusión en una obra propia de fragmentos
de otras ajenas…, siempre que se trate de obras ya divulgadas y su inclusión
se realice a título de cita o para su análisis, comentario o juicio crítico… e
indicando la fuente y el nombre del autor de la obra utilizada;…”
Como podemos apreciar el plagio atenta contra el derecho moral del autor, que
en nuestro sistema legal, es un Bien Jurídico Protegido.
Mi querida maestra y directora de Tesis, la Dra. Mercedes Álvarez de
Hernández, siempre nos instruyó sobre la importancia de “citar a la fuente” en
todo trabajo de investigación. ¡Sabio consejo el de mi maestra!