Todos estamos interesados en lo que dice la prensa. Esto puede ser bueno o malo, dependiendo del punto desde el que lo queramos ver. Hemos observado, a lo largo de estos años, la pelea entre el Gobierno y la prensa, porque la prensa escarba y cada vez que encuentra algo, lo publica, porque esas noticias – denuncias, llaman la atención y venden los periódicos, revistas, o cualquier medio de prensa escrita, o aumenta la sintonía de la radio o la televisión. Al ser humano le gusta comentar y ser el primero en llevar el chisme o comentario a los demás. Al Gobierno, cada noticia que muestra un acto corrupto, lo perjudica, no necesariamente porque quiera encubrir pillerías de algún funcionario, sino porque afecta la imagen del Gobierno, que pretende seguir gobernando en éste y otros períodos más. La mala imagen, afecta sensiblemente a credibilidad del pueblo.
Con la Iglesia pasa lo mismo. La prensa, que normalmente busca vender su medio de comunicación, destaca las noticias que más llaman la atención, sean o no escandalosas, y lógicamente, mientras más escandalosas son, más venden. Esto ha llevado a que los escándalos provocados por los actos de homosexualidad, de robo y divulgación de noticias secretas, o de actos económicos inmorales, hayan sido publicadas y comentadas con éxito de venta. Nuestro Papa Benedicto XVI, en un acto de humildad sin precedentes, ha preferido la semana pasada, dejar el puesto para que venga otra persona que pueda, luego de que se calmen las aguas, volver a la normalidad a la gran grey católica y salvar el buen nombre de la Iglesia. De nada ha valido hablar y demostrar que otras Iglesias tienen un mayor porcentaje de escándalos similares. El daño ya está hecho.
Nuestro Santo padre, ha hecho algo aún más grande y maravilloso. Ha abierto en el Vaticano una página Web, para que los católicos podamos adoptar un Cardenal, rezar por él para que Dios lo ilumine, le conceda la humildad necesaria para que actúe como un verdadero discípulo de Cristo, además, para que el Espíritu Santo le dé el don de la Sabiduría y pueda ayudar a escoger al próximo Papa, y pueda también vencer las tentaciones terrenales y los deseos humanos que tanto nos perjudican a los que estamos en esta tierra. La ambición de poder, de dinero, de cometer actos reñidos con la moral, son algunas de las tentaciones terrenales que afectan a todos los mortales. Las páginas por la que podemos adoptar, son: http://infocatolica.com/blog/delapsis.php/1302260724-iadopta-un-cardenal, ó www.adoptacardinal.org. Si todos rezamos y pedimos con fe por el Cardenal que la página pone en nuestras oraciones, vamos a lograr un gran bien para nuestra Iglesia. Ya hay casi 200.000 personas rezando por alguno de los Cardenales.
La Iglesia necesita, ahora más que nunca, de las oraciones de sus fieles, de la reflexión y humildad de todos y cada uno de sus sacerdotes y seglares, para vencer en este momento de crisis que se vive en todo el mundo.