Sin entrar al análisis técnico de la salida y ocaso del Sol y las horas de luz natural, presentaremos una posición que debe debatirse para beneficio de los ecuatorianos.
Horario de invierno y de verano para la Costa. En teoría sigue vigente la Ley, y la última constancia en un contrato colectivo es el del IESS del año 2005. Consiste en que en el “invierno” se reduce en una hora la duración del día laboral, que vuelve a su normalidad desde mayo a diciembre.
En definidores de horario internacional hasta hoy se lee: “El cambio de horario en Guayaquil se realiza para adaptar las actividades de los ciudadanos y los turistas que visitan Guayaquil al ciclo de luz solar, de forma que se dependa en menor medida de la electricidad. Por todo esto, es que se realiza un cambio de hora en Guayaquil en verano y otro cambio horario en Guayaquil en invierno. El añadir tiempo de luz diurna a las tardes beneficia al comercio, al turismo en Guayaquil, a la práctica deportiva y otras actividades a las que favorece la presencia de luz tras la jornada laboral.”
Cuando Sixto Durán la impuso, fue por un grito de ahogado, sin explicación y en un momento en que el país hervía por su justo coraje a la falta de energía eléctrica y mal manejo de la generación.
Yo creo que debe retomarse el adelanto a “hora de invierno” (adelantar una hora el reloj) por ventajas adicionales a la del mejor aprovechamiento de la luz solar.
Generalmente los aguaceros se precipitan con mayor fuerza simultáneamente con el cambio de las capas de calor atmosférico que se presentan al ocaso. Al cambiar el horario muchos trabajadores podrían ahorrarse entre dos a tres horas en llegar a sus casas e, inclusive, tal vez se disminuya el amparo que la oscuridad da al maleante.
Tengamos presente que la ausencia de los padres de familia y su imposibilidad de interacción con los hijos es el mayor causante de los males que se desean tratar en la calentura de las sábanas y no en la enfermedad propiamente diagnosticada.
Ésta es una medida administrativa que se puede tomar rápidamente.
Mientras leía y analizaba sobre las horas luz, solsticios y equinoccios, encontré una oración interesante, publicada en el diario Hoy Publicado el 25/Noviembre/1996 (P. 4-A) “En estas circunstancias el país no camina y no lo hará mientras el conformismo y la apatía sean la norma. Es hora de un sacudón definitivo que despierte a la población para que no se siga llamando a los ecuatorianos “bolivianos que han tomado Valium””
Frase que no se la puede achacar a los bolivianos en conjunto, sino al genio de los pollos afeminados; al que dijo que el Imperio Romano nos conquistó desde Londres y que llama a sus conciudadanos “vagos”.
Pensando que estamos muy cerca de la linea ecuatorial, y que prácticamente el cambio en la cantidad de horas de sol es casi imperceptible, sugiero que se adelante el reloj 1 hora todo el año y así estaríamos mejor.