22 noviembre, 2024

Rafael Pino y Roca

Rafael Pino y Roca fue un guayaquileño de sentimiento y alma. Autor del Canto a la Raza, escrito en Berlín el 12 de octubre de 1934 y muchos otros versos

Quiero destacar aquí de él una poesía tierna, romántica, que dibuja su alma, su bello cuento de amor “¿Qué cómo lo saben?

¿Qué cómo lo saben?
Rafael Pino y Roca

¿Qué cómo saben, -preguntas-
que nos juramos amor
aquella noche al oído
despacito tú y yo
si por testigos tuvimos
tan sólo al cielo y a Dios?

He pasado horas enteras
meditando en la ocasión
de descubrir al infame
que torpe nos traicionó,
y al fin, de tanto indagar
he descubierto a traidor
que por envidia, bien mío,
infame nos delató.

Voy a contarte su historia
pues fue poca precaución
declarar que nos amábamos
asomados al balcón.
Recuerdo que allá en la altura
las dulzuras de tu voz
escuchaba con deleite
un lucero encantador.

Ese lucero, bien mío,
celoso de nuestra unión,
de aquel amor tan divino
que nos juramos tú y yo,
hechizado en las ternuras
y en el timbre de tu voz
que es arrullo de paloma,
y el luminoso esplendor
de los soles de tus ojos
que envidiara el mismo sol,
desprendiose de la altura
y en el mar se sepultó…
Dejó el cielo por nosotros…
¡Qué dicha la de los dos!

Y en su caída, a las olas
nuestro secreto confió;
de las olas pasó al remo
y del remo al pescador,
del pescador a la villa,
de la villa… qué sé yo,
lo cierto es que todos saben
que nos amamos los dos.

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Arriba corazón

Don Gregorio Marañón y Posadillo nació en Madrid en 1887, extraordinario Médico endocrinólogo, científico, humanista, historiador, escritor y pensador español, cuyas obras en los ámbitos científico, médico, histórico y literario tuvieron gran relevancia internacional. Profesor de Endocrinología, Académico de número de la Real Academia de la lengua, de la Historia, de las Bellas artes, de ciencias físicas y de ciencias naturales. Liberal, intervino en política. Su obra médica “Manual de diagnóstico etiológico” fue una guía indispensable hasta muchos años después de su muerte y aún hoy sigue siendo una fuente importante de consulta. El mayor Hospital de Madrid, con razón, lleva su nombre.

Analizó las grandes pasiones humanas con estudios psíquicos y fisiopatológicas, a través de personajes históricos en obras como Amiel, Tiberio, el Conde Duque de Olivares, Don Juan, etc.

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