21 noviembre, 2024

El asalariado

Decía el filosofo chino Confucio, que “la ignorancia es la noche de la mente:
pero una noche sin luna y sin estrellas”.

Hace un par de días escuche decir a una persona que la palabra “asalariado”
era “un insulto”; lo cual me trasladó de inmediato a la antigua Roma, para
recordar la noble labor de los soldados romanos que cuidaban la ruta donde
se construía el camino llamado “Vía Salaria”, que llevaba hasta las salitreras
de Ostia, los cuales recibían su pago en sal; llamado “salarium argentum”
(agregado de sal).

Etimológicamente viene del Latín “salarium”, que significa “pago de sal, o por
sal”, dado que la sal en la antigüedad era muy importante, pues era una de las
pocas maneras que se tenía de conservar la carne, poniéndola en “salazón”.

En Grecia la sal también era muy importante, pues se la intercambiaba por
esclavos. Al respecto dice el diccionario de la Real Academia de la Lengua
Española, que el salario es la “paga o remuneración regular”, “cantidad de
dinero con que se retribuye a los trabajadores por cuenta ajena”, o el “salario
que establece la ley como retribución mínima para cualquier trabajador”.

El Diccionario Jurídico de Cabanellas, dice que el “Asalariado” es aquel
“individuo que realiza un trabajo personal por cuenta y bajo dependencia ajena,
recibiendo una retribución de la persona a cuyo servicio actúa”. Se dice que la
expresión asalariado tiene una enorme importancia con el Derecho Laboral, por
cuanto “éste está sustancialmente basado en esa relación salarial; es decir, en
la relación que une a quien ejecuta un trabajo con quien se lo paga.”

Ser asalariado significa, que, además de tener un trabajo bajo relación de
dependencia, tenemos derecho a varias prestaciones sociales de carácter
obligatorio e irrenunciable, así como también el derecho a la seguridad social.

La feminista Simone de Beauvoir decía, que solo mediante el trabajo “ la mujer
ha podido franquear la distancia que la separa del hombre”, para obtener una
“libertad completa”. Yo diría que hoy en día ser asalariado significa más que
libertad, significa derecho al trabajo y esperanza para lograr una mejor calidad
de vida, obviamente a través de un salario digno, lo que permite el progreso del
sujeto y el desarrollo del estado.

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Antídotos

Cuando escuchamos esa palabra la asociamos de inmediato con “salvación de vidas”, por supuesto, en los casos de los ataques de serpientes venenosas, por ejemplo, los antídotos pueden ser milagrosamente útiles para la víctima. Hoy, aprovechando este espacio, esta ventana hacia su intelecto quisiera transferir el concepto señalado hacia otro tipo de “salvación”, aquella que puede darse cuando hemos sido contaminados con los fatales venenos de los filtros cognitivo-afectivos o con los siempre peligrosos contagios de los antivalores y sus subsecuentes actitudes humanas evidenciadas en la conducta.

¿Es posible?. Si la prevención no surtió efecto porque ni siquiera nos dimos cuenta del proceso por el cual se nos “enfermó” de soberbia, de rigidez mental, de polarización de la mente, etc, por nombrar sólo tres de los más comunes filtros mentales; si en clara oposición a los principios universales inmutables como el respeto a la vida, el cuidado de la naturaleza, la comunicación interpersonal asertiva, etc,

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