22 noviembre, 2024

Los delirios del delfín

La campaña electoral venezolana no aporta nada a lo que ya se esperaba de la
misma. Incluyendo la gravedad de la denuncia confirmada como cierta por el
rector principal del CNE venezolano acerca de la vulnerabilidad del sistema que
administra las máquinas electorales, y el ilegal acceso a las mismas mediante clave,
que se descubriera ha conseguido un miembro importante del oficialista PSUV.
Una campaña cargada de insultos, acusaciones, promesas imposibles de cumplir,
denuncias de corrupción y de entreguismo imperialistas de ambos bandos, y una
serie de sucesos y afirmaciones que caen en el plano del ridículo, inclusive para los
sentimentalismos típicos de nuestra Latinoamérica.

Todo el aparato y el poderío económico gubernamental volcado al servicio del
candidato oficial, la negativa de debatir con el candidato de la oposición, las
anunciadas colosales victorias por parte de las empresas encuestadoras oficialistas,
y la oratoria fanática invocando la herencia del fallecido comandante como eje
principal de las ofertas oficiales han sido el sustento de la campaña madurista.

Ninguna sorpresa, tampoco innovación que contribuya a la independencia
e individualidad del pretendiente electoral por el ala oficialista a la primera
magistratura venezolana. Sin embargo de reconocer reiteradamente que Chávez
es único e irrepetible, y de asegurar que es su hijo, las diferencias entre Maduro y
su difunto padrino político y creador son simplemente abismales, y están jugando
en su contra al momento de definir su personalidad y su capacidad personal para
heredar el liderazgo de un país inmensamente rico en recursos e injustamente
pobre en su realidad global.

A diferencia de su progenitor político, quien sobresalía por sus ingeniosidades y su
virulento verbo, las ocurrencias de Maduro lo han expuesto al ridículo y ser el caldo
de cultivo de la prensa internacional, que se encuentra a la cacería de material para
engrosar las perlas de las que no se escapan las líderes políticos del mundo entero.

Desde su alusión a que el difundo presidente Chávez ascendió frente a Cristo para
influenciar directamente en la elección del Papa suramericano, hasta el jocoso
suceso protagonizado por un “pajarito chiquitico” que se supone era la encarnación
del Comandante presentándose para conversar por medio de silbidos y proferirle
su personal bendición al comienzo de la campaña electoral, reflejan la debilidad
de su oratoria. Inclusive su alegato en defensa del inusual encuentro que atribuye
a una profunda espiritualidad personal la extraña experiencia , más cercana a una
irracional idolatría, reflejan la falta de madurez en su proceso de formación de
liderazgo político.

Solamente hace unas pocas semanas anunciaba el candidato Maduro una supuesta
campaña liderada por los derechistas norteamericanos Otto Reich y Roger Noriega,
en la que como cabezas conspiradoras lideraban un plan para asesinar al candidato
Capriles. Pues resulta que ahora las mismas figuras han sido acusadas, hace unas
pocas horas, de estar conspirando junto a miembros de la derecha centroamericana
para procurar su asesinato. Casi como disparando al cielo para ver si cae un pájaro.

Maduro arrancó la carrera electoral con una clarísima ventaja, los acontecimientos y
delirios del delfín durante el transcurso de la campaña apuntan a que la misma casi
ha desaparecido. El 14 de abril, el pueblo venezolano tendrá nuevamente la última
palabra.

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Prohibido ir a la escuela de las Américas

“Ningún soldado ecuatoriano se preparará en la Escuela de las Américas”,
ordenó el Presidente Correa. A esta decisión surgen varias preguntas: ¿Correa
habrá consultado con el mando militar para tomar esa decisión? ¿Habrá
ordenado previamente un estudio de Estado Mayor y habrá recibido la
recomendación respectiva? ¿Conocerá Correa que la mayoría o por no decir
todos los miembros de su Alto Mando -sobre todo del Ejército- han recibido
algún curso en la Escuela de las Américas?

“El Mandatario presentó un video documental en el que se expone una
investigación que asevera que de 65.000 militares latinoamericanos que se
graduaron en esa escuela, de los cuales 600 se convirtieron en dictadores y
torturadores”. Desde su inauguración en 1964, hasta el 2012, han pasado 66
años, la Escuela de las Américas ha graduado 65.000 cursantes, es decir a
un promedio de 985 militares por año; de los cuales, según la información
de los 65mil, 600 se convirtieron en dictadores y torturadores, es decir en
cada año de los casi mil graduados 9 tenían la connotación referida. De estos
datos, según el análisis del Presidente Correa y por lo resultados señalados,
el 99.08% eran buenos y menos del 1%, es decir el 0.92%, eran malos.
Seguramente esto sería suficiente razón para que el Presidente Correa ordene
que ningún militar ecuatoriano asista a los cursos que imparte la Escuela de
las Américas, cuyo nombre actual es Instituto del Hemisferio Occidental para
la Cooperación en Seguridad.

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  1. DESGRACIADAMENTE VIVIMOS EN MUNDO DONDE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL ESTA TAN DE IGUAL PROSTITUIDA COMO LO ESTAN LOS GOBIERNOS DE LA AMERICA LATINA. EN EL AMBITO INTERNACIONAL, ESTOY SEGURO QUE VEN Y CRITICAN TODA ESTE CIRCO DE TERCERA CLASE VISTO EN VENEZUELA DE ANTES Y DESPUES DE CHAVEZ. TODO LO QUE HA CAMBIADO SON LA MAYOR Y MAS BAJA CALIDAD DE PAYASOS. SIN EMBARGO, LES SEGUIRAN COMPRANDO EL PETROLEO Y VENDIENDOLES LA GASOLINA. LES SEGUIRAN VENDIENDO LOS ARMAMENTOS DE REPRESION Y DE POSIBLE CONFLAGRACIONES, LES SEGUIRAN VENDIENDO ALIMENTOS Y MAS VARIADOS PRODUCTOS DE CONSUMO, Y LE SEGUIRAN HACIENDO LA FALSA VENIA HASTA QUE POSEAN LOS PETRODOLARES. SI MAÑANA VENEZUELA SE CONVIERTE EN CUBA O HAITI, ESA MISMA COMUNIDAD NO LES DARAN NI EL SALUDO.

  2. Es posible sr Dominguez que el pueblo de vnzla logre ver la luz y no siga jugando,como ninos de teta ,con cuchillos afilados,ojala.

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