21 noviembre, 2024

Mitología del montubio que se fue

Quiero ahora que llenemos de nostalgia nuestra alma, leyendo este precioso poema que recuerda una época pasada.
Disfrutemos aún más de los hermosos versos de Jorge Wagner Velasco, leyendo la Mitología del Montubio que se fue:

MITOLOGÍA DEL MONTUBIO QUE SE FUE

Jorge Wagner Velasco

Mis ojos me han puesto triste
y yo me he quedado quieto
para mirar un recuerdo
verde de guachapelíes
que me llaman en secreto.

Mi selva se ha hecho lejana
y quiero verla de nuevo,
quiero volver a la orilla
que dejé hace tanto tiempo.
La tierra siempre es amiga,
el trillo nunca es ajeno,
las canciones de mi tierra
nacen del alma y del cuerpo.
No hay luna como la luna
que anochece en mi recuerdo
verde claro de hierbales,
ni sol que alumbre más cierto.

Yo quiero verla de nuevo…
Quiero curar mi nostalgia
con olor de los corrales,
con sol y con aire fresco.

Quiero saber por mis ojos
que mi castaña se ha muerto,
que mis riendas se gastaron
sin acariciar un freno;
quiero volver a decir
que no hay ijares violentos,
que no hay acero sin filo,
que no hay filo injusticiero.
La selva siempre es amiga…
el trillo nunca es ajeno…
las canciones en mi selva
nacen del alma y del cuerpo.

No hay luna como la luna
que en el aguaje lunero
pintaba con brocha´e plata
el río y el baijal inmenso.
No hay auroras verdeen
los montes de aquellos tiempos,
no hay tardes de guitarreo
ni hay noches tristes de invierno.

Ya no hay fragancia en el viento
de tierra recién mojada
ni el olor de la sabana
cuando hay sol y está lloviendo.

Hoy llegan las oraciones
sin que murmulle el estero.
Cuando la negrura enciende
sus candiles en el cielo,
no alumbran como alumbraban
entre el pajar de mi techo.

Ya no hay viejos que nos cuenten
cosas de los tiempos viejos,
ni quien las escuche en ruedo…
ya la farola no vaga,
ni pena más el rondero.

Yo quiero verla de nuevo…
Quiero encontrar a mi chola,
mirar sus ojos bien negros,
mentirle que nunca me he ido,
y que fueron los rurales
los me llevaron preso,
darle una cinta rosada
y un capuchón para invierno.

No hay luna como la luna
que anochece en mi recuerdo.

Yo quiero verla de nuevo…
Quiero llorar bajo el árbol
en que falté al juramento.
Cruzar a pie la sabana
para morirme en el cerro.
Que me juzguen un golfín
entre risa y lloriqueos,
que todas las mozas digan
de un abuelo de otros tiempos
mil cosas maravillosas,
mitad verdad… mitad cuento.

Los huesos relucen blancos
en aquel verdor eterno.
Quiero volver a mi selva…
¡Eso es todo lo que quiero!

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