A vuelo de pájaro: todo cambio genera reacción contraria y su efecto es una factura que hay que cancelar. Los trabajos de regeneración en la Ciudad se agigantan y multiplican produciendo caos de tráfico, congestión, desgaste de motores, consumo de combustible, contaminación ambiental (ruido y polución) y el consabido estrés de conductores y peatones. Es decir, la regeneración urbana tiene un costo humano y económico.
El público se queja de la ferocidad de los aguaceros, de las alcantarillas tapadas, de la lenta velocidad de los arreglos, de la influencia del clima y –aunque no colabora- también se queja de las inundaciones sin preocuparse de no echar desechos sólidos y mantener limpios sus sistemas de drenaje, complementando el trabajo institucional.
Los urbanistas acusan al Cabildo de inexistencia de planificación, de falta de metas. Comparan el comportamiento urbano de Guayaquil con el de otras ciudades del planeta. Y, aquí, vale la pena un comentario. En la “praxis” urbanística existen dos tipos de planificación: la primera es total, algo rígida y de mediano y largo plazo. La segunda es puntual, flexible, de corto y mediano plazo y desarrolla la Ciudad por sectores, esperando y respetando las decisiones de los propios ciudadanos. A nuestro juicio en Guayaquil se desarrolla una tarea mixta con predominio de la planificación puntual. Y esto lo encontramos natural en una Ciudad que estuvo tan caotizada como la nuestra.
A su vez, el Cabildo responde con trabajos que, seguramente, los identifica y clasifica por razones de orden económico, social y político. Desconocemos si mide la reacción del público o la de la prensa o la del barrio o la de la oposición o la del ciudadano común. La Municipalidad trabaja contra el tiempo –asunto en que algunos contratistas no colaboran- sobrepasa la programación temporal y se produce la parafernalia que está a ojos vista.
En conclusión.
La ciudadanía debe de ser más tolerante sin perder la esencia de sus reclamaciones ni su derecho a presionar al Cabildo o las instituciones colaterales. La tolerancia tiene un límite que la divide de la reclamación con fundamento.
Los técnicos del urbanismo, quizás, deben intentar comprender el comportamiento citadino sin comparar a Guayaquil con otras ciudades y sus “éxitos”. Que las ciudades, igual que las personas, son individualidades que se construyen a base de individualidades, y, la Institución Municipal está para administrar el cumplimiento de normas de convivencia civilizada.
La Municipalidad debe salir al paso anticipando las reacciones del ciudadano y explicar el porqué, qué se gana, qué se pierde y por cuánto tiempo. Debe incrementar la velocidad de las tareas de regeneración –quizás trabajando por las noches y fines de semana- o proyectando las obras por etapas consecutivas con algo más de demora, menos incomodidad y algo más de costo.
Los fenómenos y los hechos urbanos hay que tratar de mirarlos y entenderlos en su totalidad, sin apasionamientos viscerales. Arrimemos el hombro. Todos saldremos beneficiados. Ciudad. Municipalidad. Ciudadanos.
Parodiando al Quijote: “cada ciudad es artífice de su propia ventura”
Saludos, para un comentario centrado, tecnico y coherente. No se podia esperar menos del Arq. Yturralde. Un gran saludo para mi profesor en la U. Catolica.
Fuerte abrazo
Arq. Georgi HIdalgo Suarez
Recuerdo al inicio de la Alcaldìa de Leòn Febres Cordero cuando encontrò una Ciudad en caòs total en todos los paràmetros de la administraciòn y de gestiòn, lo primero que hizo es realizar cambios fundamentales: 1) cambios en la administraciòn con despidos de cientos de pipones y cambios en la infraestructura tanto del edificio del municipio como en su funcionamiento para hacerlo màs eficiente 2) El centro de la Ciudad donde funcionaban en esa època las principales Instituciones de la Ciudad y el Gobierno se inundaba en cada invierno y fue objeto de atenciòn prioritaria desde los cimientos, es decir alcantarillado de excretas y de aguas lluvias , de tal manera que nunca màs se volviò a inundar el centro de la Ciudad. Y no importò que el rio este tan cerca , ni tampoco importò las mareas , simplemente el centro de la Ciudad no volvio a inundarse. Yo Pregunto a las autoridades actuales , porque pierden el tiempo en realizar arreglos en aceras y bordillos cuando lo principal es arreglar los sistemas de drenajes de la Ciudad , asì como sucediò en Babahoyo que tampoco a vuelto a inundarse pese a estar ubicada en terrenos con declives. Los Habitantes de Guayaquil , no queremos que sigan cortando los tradicionales àrboles de nuestra regiòn costeña reemplazandolos por palmeritas SocialCristianas traidas de Miami que no producen sombra ni cocos . Queremos una regeneraciòn profunda que empiece por lo basico y elemental en el sistema de drenajes antes que obras de relumbron que tienen que retirarlas màs adelante para poder arreglar los problemas de fondo.
Se nota que ud. no ha caminado desde hace 6 meses por las calles del centro, en donde es una verguenza que el municipio tenga a contratistas vagos y sucios que realizan obras de dos meses en seis o siete sin que nadie opine, alli no hay periodicos que critiquen.
En el Norte es igual, en la avenida Plaza Danin lo que ocurre es vergonzoso, mientras tanto el alcalde de Paseo visitando al Papa Francisco en vez de poner en orden a los malos contratistas que ademas ponen tuberias que a la vista no duraran mucho tiempo por la calidad que se ve, realmente al alcalde hay que mandarlo ya de vacaciones y a editorialistas como ud a recorrer la ciudad para que no escriba tonterias que quieren disimular graves errores de aquellos que ya se cansaron del puesto publico y que deberian ir a cuidar a sus nietos y dar paso a gente joven y capaz que hay de sobra en nuestra ciudad.
En Guayaquil hay mas polvareda que en las carreteras del Oriente, que Verguenza que ud salga con frases que no pueden disimular la mediocridad de trabajo del municipio a todo nivel en los actuales momentos, a muchos ciudadanos que piensan como yo nos sobran los ejemplos para quejarnos, hay que caminar por la ciudad no solo ver television y analizar desde un escritorio para escribir un editorial.
Se nota que ud. no ha caminado desde hace 6 meses por las calles del centro, en donde es una verguenza que el municipio tenga a contratistas vagos y sucios que realizan obras de dos meses en seis o siete sin que nadie opine, alli no hay periodicos que critiquen.
En el Norte es igual, en la avenida Plaza Danin lo que ocurre es vergonzoso, mientras tanto el alcalde de Paseo visitando al Papa Francisco en vez de poner en orden a los malos contratistas que ademas ponen tuberias que a la vista no duraran mucho tiempo por la calidad que se ve, realmente al alcalde hay que mandarlo ya de vacaciones y a editorialistas como ud a recorrer la ciudad para que no escriba tonterias que quieren disimular graves errores de aquellos que ya se cansaron del puesto publico y que deberian ir a cuidar a sus nietos y dar paso a gente joven y capaz que hay de sobra en nuestra ciudad.
En Guayaquil hay mas polvareda que en las carreteras del Oriente, que Verguenza que ud salga con frases que no pueden disimular la mediocridad de trabajo del municipio a todo nivel en los actuales momentos, a muchos ciudadanos que piensan como yo nos sobran los ejemplos para quejarnos, hay que caminar por la ciudad no solo ver television y analizar desde un escritorio para escribir un editorial.
El Municipio debe de trabajar con el tiempo y no contra el tiempo. Esto es, adelantandose a las estaciones invernales en realizar la limpieza y mantenimiento de las vias de defogue de las aguas evitando o apaleando las inundaciones que se dan en la urbe y que afectan en mayor dureza a los ciudadanos pobres que habitan construcciones de muy baja calidad. Estas gentes pierden lo poco que tienen y se quedan en la media calle. Acaso estas gentes pueden tener paciencia? Coincido con usted sobre la falta de educacion sanitaria de nuestro pueblo, acostumbrado a tirar todo a la media calle. Entonces, seria importante campanas continuas de educacion y hacerles memorizar los buenos habitos de sanidad que simplemente traeran beneficio para sus subsistencias. Gracias por tratar un tema de tanta importancia pero de tan vieja e ineficiente respuesta por parte de las autoridades responsables.