Un desdichado suceso entre personas que realizaban actividades privadas ha resultado
el combustible que está encendiendo una escalada de eventos que podrían perjudicar
el solvente flujo de relaciones políticas, diplomáticas y hasta comerciales entre dos
naciones hermanas.
El lamentable desencuentro, suscitado en la fila de una caja para realizar pagos dentro
de un supermercado, se produce como resultado de la manifiesta descortesía de una
cliente de dicho establecimiento y de la lógica expresión de protesta de quien se siente
perjudicado por el irrespeto de la infractora. Este es el irrelevante hecho que antecede a la
desagradable experiencia del diplomático ecuatoriano en territorio peruano.
Nuestro embajador en Lima, acaba de ser víctima del triste desenlace de un altercado
en las que agredido el y su familia por dos arrogantes personas del sexo femenino,
aristócratas del escándalo y de la irreverencia, se pretende presentarlo como un vulgar
agresor.
Dos mujeres pendencieras en su actuar, que como nos revelan los videos grabados por las
cámaras del supermercado y el parte policial, inician una metralla de insultos, previa a la
agresión física de la que son sus claras iniciadoras, para luego escupir calumnias y narrar
a la prensa sensacionalista su auto infligida desaventura con un matiz de dulzura y con
careta de inocencia agredida. Todo esto, con el simple despropósito de distorsionar los
hechos y hacer centro de un escándalo al embajador ecuatoriano y su familia íntima, por
el solo pecado de defenderse sin tener la nacionalidad peruana.
Obviamente, para cualquier ser humano, y en cualquier parte civilizada del mundo, la
defensa ante el ataque físico de irracionales fieras humanas es la única herramienta de
protección. El uso de la fuerza para proteger a los suyos y a si mismo ante una ataque con
violencia física, no puede ser tergiversada con tanta malicia y perversidad.
Lamentablemente, y en detrimento de relaciones más nobles e importantes, como son la
nobel integración y el continuo mejoramiento de la difícil relación histórica entre nuestras
naciones, una prensa irresponsable, con tinte amarillista, sumada a unos cuantos políticos
ávidos de primera página y faltos de previsión e inteligencia, magnifican y arremeten
contra la víctima extranjera, con el único objetivo de vender más o de venderse mejor.
Ha hecho bien el presidente ecuatoriano en defender fervientemente a su embajador y
enfrentar personalmente a ese sector de la prensa dañina, malintencionada e intermediaria
de la exageración y la mentira. Como vemos, una verdad contada a medias, resulta menos
constructiva y largamente más destructiva que una verdad no contada en su totalidad.
Las relaciones cordiales, respetuosas y de reciprocidad entre Ecuador y Perú, no han
perdido la importancia que ambos gobiernos han revelado como prioridad. Lo que queda
todavía incierto es la suerte que el embajador Riofrío y su misión tenga que enfrentar. Es
irrefutablemente cierto que el ambiente para que desarrolle sus actividades diplomáticas
ha quedado destructivamente manchado por un negativo evento que el no ha originado,
pero en el que involuntariamente ha sido su principal protagonista.
El embajador Riofrío, responsablemente deberá solicitar el retiro, por motivos personales,
de su encargo diplomático en la ciudad de Lima, no sin antes empezar un proceso judicial
en contra de las nefastas agresoras. El gobierno ecuatoriano, a renglón seguido, debería
pensar en designar para tan prestigioso y difícil encargo a una embajadora, y simplemente
cerrar la página de este injusto suceso, marcado por un inconsecuente sensacionalismo de
una batalla de los sexos.
Sólo los canallas justifican uso de violencia para defender honra y lo harían con cualquier excusa. Ahora se hacen las denunciadoras y ¿por qué no denunciaron esa supuesta lesión a la honra sin agredir en el súper? Sofisticada es la tecnología y qué raro que no se oye en los videos, pero sólo un enfermo maniático anti-gobierno niega (qué mano) lo que ahí se vé y quién persigue como callejera pendenciera. Seguramente usted acostumbra dar respuesta criminal si se imagina que alguien lo ofendió como sus íntimos hicieron con los Restrepo que así mismo ocupaban altos cargos y usaron el poder para asesinar
Me da mucha pena leer un comentario como el del senor Dominguez porque puede que hayan sido las senoras las que agredieron al embajador pero no solo como embajador sino como caballero nunca debio alzar las manos en contra de ellas.
Me gustaria que hicieran un escrito sobre lo sucedido con los hermanos Restrepo ya que parece que mucha gente no sabe bien lo que sucedio con ellos y siempre veo o leo comentarios en contra del mandatario de esa epoca, acaso Leon Febres Cordero dio la orden que mataras a estos dos jovenes hermanos que tuvieron la mala suerte de cruzarse con un grupo de policias que no hacian bien su trabajo, y este hecho no tiene nada que ver con la mala educacion de una persona que nos esta representando fuera del pais y que esta en la obligacion de representarnos con altura.