Siempre he admirado a la persona íntegra, y reconozco que una de las metas más difíciles de lograr en la vida, es la integridad. Una persona íntegra, es alguien que lo que piensa, dice y hace, sigue una misma línea. Tener el deseo de hacerlo, es fácil, tener la templanza de carácter y el dominio moral de las tentaciones, logrando vencerse a sí mismo, es obra de gente muy admirable, desde cualquier punto de vista que quiera verse.
No me refiero a que alguien haga algo bueno, o no haga algo malo, yo puedo estar de acuerdo o en total desacuerdo con el pensamiento de esa persona, pero que ella en lo que piensa, lo que expresa y lo que hace sea congruente, es decir, siga una misma dirección, demuestra que es alguien que todos podemos saber cómo va a actuar en cualquier circunstancia. Es honesto consigo mismo y no se vende a ningún postor ni a ningún precio. Para él o para ella, su palabra vale más que todo el oro del mundo.
Siempre he sido contrario a las revoluciones, guerrillas, inestabilidad, violencia, terror, porque pienso que si aprendemos a darnos la mano, a ayudarnos unos a otros, a mirar en una misma dirección durante el corto tiempo en que vivimos en este planeta, vamos a lograr un cambio mucho más duradero y sustentable, con armonía mundial, que imponiéndolo a la fuerza.
He recibido de un amigo el discurso del Presidente uruguayo José Mujica en la Conferencia de Río del año pasado y he conversado con amigos sobre la forma de proceder de él, y debo admitir que me ha llenado de satisfacción saber que hay alguien del grupo de personas cuya ideología aparentemente puede ser muy diferente a la mía, que se merece más que mi respeto, mi admiración por su integridad y su hombría de bien.
Un hombre que, de acuerdo a lo que dicen, sigue viviendo en su casa y usando su mismo vehículo, que no busca ostentaciones y que se expresa con argumentos irrebatibles para defender su punto de vista eco-amigable, y critica razonadamente el consumismo, al cual él no es proclive, como lo demuestra con su forma de vida. Austero, respetuoso. Si bien es cierto que yo pienso que es necesario el deseo de superación y el empuje para hacer crecer un pueblo o una nación, que la producción lleva al progreso y al bienestar de los pueblos, no deja de tener razón en sus razonamientos. Me recuerda el “…en todo guardo un medio…” de Olmedo, es decir, “todo extremo es malo”.
Ojalá el mundo se dé cuenta a tiempo de que la carrera desaforada y sin sentido hacia cualquier lado, terminará en un despeñadero y que nosotros mismos seremos los culpables de nuestro fracaso.
Bellísimo artículo sobre la honestidad que debe prevalecer en las personas de bien. Aquellas que han sido criadas desde la cuna rodeados de amor y de honestidad.
Si estudiamos a fondo la historia familiar de cada dirigente fascista, nos daremos cuenta que todos vienen de hogares fracasados; donde la sapada criolla era lo único que aprendían de sus padres, cuando tenían la suerte de tener al menos alguno de ellos.
El caso del gobernante uruguayo es sui generis. Tal vez sea el único honesto en medio de la mar de gente falsa y ambiciosa que lo rodea.
Pero tampoco olvidemos que a veces lo políticamente correcto, obliga a los estadistas -él es el único de su grupo – a retractarse.
Fue su caso cuando al no percatarse que los micrófonos estaban abiertos, dijo lo que su corazón le dictaba, que la bruja argentina era una vieja terca y que era peor que el tuerto de su difunto marido. Se burló de ella por el regalo estúpido que le fue a ofrecer al nuevo Papa Francisco -un termos y un equipo para beber yerba mate – y la remató al decir que para negociar con Argentina había que arrimarse al Brasil. Es como la ley del péndulo. Términó diciendo, «el tuerto era más político, ésta es terca»
Ya en junio del 2002 le sucedió lo mismo a su colega, el ex presidente Jorge Batlle, al referirse a los argentinos como «ladrones del primero al ultimo. » Éste tuvo que viajar corriendo, y lloriqueando delante de las cámaras argentinas se disculpó ante Eduardo Duhalde.
Esta vez Mujica no asumió sus frases. Es más me pareció patético que tuviera que desmentir algo tal obvio.
Disfruté muchísimo con su acertado artículo. Gracias.
FELICITACIONES JOSE FERNANDO, TENIAS QUE SER JAVERIANO DE FORMACION Y TUS PRINCIPIOS FAMILIARES.SALUDOS TU AMIGO
EDUARDO VARAS
Me encantó leer este artículo por que me permite conocer un poco mas a su autor y saber que sí hay quienes piensan como yo, respecto a que hay reconocer los valores y las opiniones ajenas, aunque estas vengan de alguien filosóficamente opuesto a nosotros. Me siento privilegiada por poder leer este tipo de cosas en este medio.