Últimamente se han producido dos hechos que merecen un necesario comentario.
El primero se refiere a una semblanza del Guayaquileño, y el segundo a hechos
de verdadero salvajismo cometido, al parecer, por infiltrados que queriendo
celebrar el Aniversario de Fundación de uno de los equipos deportivos de esta
ciudad, cometieron atropellos en contra de los monumentos, parques y jardines
de Guayaquil.
1. LA SEMBLANZA DEL GUAYAQUILEÑO: El ex Presidente de la Asamblea
Nacional, en entrevista difundida por un Canal de Televisión, y refiriéndose
a la forma de actuar de los Guayaquileños, manifestó que el nativo de esta
ciudad era muy franco, impulsivo y que eso le hacía cometer, en ocasiones,
expresiones muy fuertes en contra de sus opositores, por lo que él creía
eran sus opositores, en pocas palabras daba a entender que tendía a
utilizar expresiones peyorativas. Esa afirmación es totalmente falsa, pues, tal
característica no corresponde a la realidad. Tanto es así que basta recordar
al Padre Aguirre, que en las Décimas a Guayaquil, textualmente decía así:
“Manantial de gente amable, cortés, discreta y afable”. O recordar a
Numa Pompilio Llona, Wenceslao Pareja, José Joaquín de Olmedo, Pedro
Carbo, Francisco Campos Coello, Vicente Piedrahíta, el Maestro Historiador
Pedro José Huerta y muchísimos otros más que siempre exhibieron un
lenguaje culto, refinado y lleno de respeto para la sociedad en que vivían.
¿Cuál es el motivo por el cual, en los últimos tiempos se ha querido crear el
mito del Guayaquileño mal hablado, intolerante, medio vago y abusador?
Seguramente a la deformación con que nos miran personas que muy pocos
nos conocen, y que creyendo que todos somos iguales culturalmente, cosa
imposible en una sociedad, siguen manteniendo esa visión totalmente
errada de lo que es Guayaquil. ¿Lamentable, verdad?
2.EL VANDALISMO CONTRA GUAYAQUIL: Los hechos lamentables,
deshonestos, carentes del más mínimo sentido institucional que
realizaron infiltrados en una manifestación deportiva y que degeneraron
en pintarrajear el monumento al 9 de Octubre, el Parque de San Francisco,
rotura de vidrios, derramar pinturas, y en fin mil barbaridades, debe de
ser severamente investigado, no puede echarse al olvido como si nada
hubiera pasado. ¿Es posible investigar quienes fueron los malandrines que
cometieron estas barbaridades? Indudablemente que sí, pues se cuenta con
los llamados “ojos de águila” que registraron esos hechos, permitiendo, por
lo tanto, la fácil identificación de quienes fueron los autores, cómplices y
encubridores. Han pasado los días y la Policía nada informa, nada dice. ¿Qué
están esperando? Esa pasibilidad de la fuerza policial no se comprende.
Por lo expuesto creo que debe de seguirse en la investigación y castigar a
estas personas que cometieron tantas atrocidades. Ojalá que no ocurra lo
mismo que pasó con los sujetos que se bajaron los pantalones y comenzaron
a pasarse la Bandera de Guayaquil por sus posaderas gritando oprobios sin
ninguna razón sin ninguna razón. ¿Se han olvidado que ninguno de esos
malandrines fue castigado?
Quiera Dios que las autoridades policiales, judiciales, y en fin, las ciudadanía
entera, protesten contra el atropello a una ciudad que tanto ha hecho en
beneficio del Ecuador.
Estimado Carlos:
No es solamente desde Juan Bautista y posteriores. Ya desde 1606, en las Crónicas que mandó al Rey de España, quien fuera su veedor de estas tierras, Felipe Guamán Poma de Ayala, pariente de Huáscar y Atahualpa, el describó en sus crónicas, una parte de las cuales, precisamente las referentes a las Ciudades, donde describe a las Ciudades del Nuevo mundo, describe a Guayaquil de la misma forma. Las pueden leer todos los que deseen pues están publicadas en nuestro Diario Digital Desde mi Trinchera, en la sección fija desde hace años. Hay que admitir que con tanta migración interna, ya no hay muchos guayaquileños de cepa y, como es lógico suponer, dependiendo de la familia, las costumbres se van perdiendo.
Es muy válida tu observación. Si el Gobierno quisiera, se podría identificar fácilmente a los delincuentes que profanaron la Columna a los próceres.
Un abrazo
JFGR
Estoy de acuerdo Carlos, yo he elevado mi voz de protesta por las redes sociales y aunque comprendo que al no ser famosa, no muchos me seguirían, sí me llamó la atención que no mas de dos personas guayaquileñas apoyaron mi comentario. Espero que este tenga la atención que corresponde.