23 noviembre, 2024

Dos Puntos de Vista

Últimamente se han producido dos hechos que merecen un necesario comentario.
El primero se refiere a una semblanza del Guayaquileño, y el segundo a hechos
de verdadero salvajismo cometido, al parecer, por infiltrados que queriendo
celebrar el Aniversario de Fundación de uno de los equipos deportivos de esta
ciudad, cometieron atropellos en contra de los monumentos, parques y jardines
de Guayaquil.

1. LA SEMBLANZA DEL GUAYAQUILEÑO: El ex Presidente de la Asamblea
Nacional, en entrevista difundida por un Canal de Televisión, y refiriéndose
a la forma de actuar de los Guayaquileños, manifestó que el nativo de esta
ciudad era muy franco, impulsivo y que eso le hacía cometer, en ocasiones,
expresiones muy fuertes en contra de sus opositores, por lo que él creía
eran sus opositores, en pocas palabras daba a entender que tendía a
utilizar expresiones peyorativas. Esa afirmación es totalmente falsa, pues, tal
característica no corresponde a la realidad. Tanto es así que basta recordar
al Padre Aguirre, que en las Décimas a Guayaquil, textualmente decía así:
“Manantial de gente amable, cortés, discreta y afable”. O recordar a
Numa Pompilio Llona, Wenceslao Pareja, José Joaquín de Olmedo, Pedro
Carbo, Francisco Campos Coello, Vicente Piedrahíta, el Maestro Historiador
Pedro José Huerta y muchísimos otros más que siempre exhibieron un
lenguaje culto, refinado y lleno de respeto para la sociedad en que vivían.

¿Cuál es el motivo por el cual, en los últimos tiempos se ha querido crear el
mito del Guayaquileño mal hablado, intolerante, medio vago y abusador?
Seguramente a la deformación con que nos miran personas que muy pocos
nos conocen, y que creyendo que todos somos iguales culturalmente, cosa
imposible en una sociedad, siguen manteniendo esa visión totalmente
errada de lo que es Guayaquil. ¿Lamentable, verdad?

2.EL VANDALISMO CONTRA GUAYAQUIL: Los hechos lamentables,
deshonestos, carentes del más mínimo sentido institucional que
realizaron infiltrados en una manifestación deportiva y que degeneraron
en pintarrajear el monumento al 9 de Octubre, el Parque de San Francisco,
rotura de vidrios, derramar pinturas, y en fin mil barbaridades, debe de
ser severamente investigado, no puede echarse al olvido como si nada
hubiera pasado. ¿Es posible investigar quienes fueron los malandrines que
cometieron estas barbaridades? Indudablemente que sí, pues se cuenta con
los llamados “ojos de águila” que registraron esos hechos, permitiendo, por
lo tanto, la fácil identificación de quienes fueron los autores, cómplices y
encubridores. Han pasado los días y la Policía nada informa, nada dice. ¿Qué
están esperando? Esa pasibilidad de la fuerza policial no se comprende.

Por lo expuesto creo que debe de seguirse en la investigación y castigar a
estas personas que cometieron tantas atrocidades. Ojalá que no ocurra lo
mismo que pasó con los sujetos que se bajaron los pantalones y comenzaron
a pasarse la Bandera de Guayaquil por sus posaderas gritando oprobios sin
ninguna razón sin ninguna razón. ¿Se han olvidado que ninguno de esos
malandrines fue castigado?

Quiera Dios que las autoridades policiales, judiciales, y en fin, las ciudadanía
entera, protesten contra el atropello a una ciudad que tanto ha hecho en
beneficio del Ecuador.

Artículos relacionados

Semestre sombrío

Con la llegada de Julio se inicio el segundo semestre del año el que pinta un panorama
SOMBRIO ante factores como la caída del precio del petróleo, las restricciones al
comercio por el incremento arancelario, la reducción de las remesas consecuencia de
la crisis que atraviesan nuestros migrantes en Europa y por último la repatriación de los
depósitos en cuentas del exterior dispuesto por el Presidente Correa a través del Banco
Central.

Lamentablemente esta situación nada halagüeña, se une con los festejos de Guayaquil
por sus 477 años de Fundación y con ello la entrega a la ciudad de nuevas obras por
parte del Alcalde Nebot. La gente de Guayaquil, el guayaquileño, tiene aquel espíritu
y pasión por vivir que le permite sortear los momentos más difíciles que le ha tocado
enfrentar. Se restableció como Ave Fénix de la invasión y atraco de los piratas, de
los grandes incendios que la han azotado, de pestes e incluso de aquellos odiadotes
gratuitos muchos de los cuales se llenan la boca diciendo ser guayaquileños.

La Universidad de Guayaquil

En estos días asumió el rectorado de nuestra querida alma mater porteña, la Universidad de Guayaquil, el Dr. José Apolo, catedrático universitario, hombre serio, de incuestionados meritos para dirigir los destinos de la Universidad. Su designación y posesión constituyen un acierto, una gran oportunidad que tiene nuestra centenaria institución de romper con los límites y los obstáculos que últimamente se evidenciaron desde el rectorado que estuvo vigente. La Universidad de Guayaquil es un fuego vivo en el que se educan más de setenta mil estudiantes durante todos los meses del año, los 365 días, tanto en la mañana, tarde, noche y fin de semana intensivos, es un hervidero de sed por estudiar, aprender y obtener legalmente su titulo profesional.

En la Universidad de Guayaquil hay fuego de amor por el conocimiento, el desarrollo de la sabiduría, la promoción del talento, la apertura a la investigación tanto de docentes como de estudiantes, es una llamarada que alumbra las complejidades del mundo moderno en ciencias, tecnología y desarrollo científico.

No hay comentarios

  1. Estimado Carlos:
    No es solamente desde Juan Bautista y posteriores. Ya desde 1606, en las Crónicas que mandó al Rey de España, quien fuera su veedor de estas tierras, Felipe Guamán Poma de Ayala, pariente de Huáscar y Atahualpa, el describó en sus crónicas, una parte de las cuales, precisamente las referentes a las Ciudades, donde describe a las Ciudades del Nuevo mundo, describe a Guayaquil de la misma forma. Las pueden leer todos los que deseen pues están publicadas en nuestro Diario Digital Desde mi Trinchera, en la sección fija desde hace años. Hay que admitir que con tanta migración interna, ya no hay muchos guayaquileños de cepa y, como es lógico suponer, dependiendo de la familia, las costumbres se van perdiendo.
    Es muy válida tu observación. Si el Gobierno quisiera, se podría identificar fácilmente a los delincuentes que profanaron la Columna a los próceres.
    Un abrazo
    JFGR

  2. Estoy de acuerdo Carlos, yo he elevado mi voz de protesta por las redes sociales y aunque comprendo que al no ser famosa, no muchos me seguirían, sí me llamó la atención que no mas de dos personas guayaquileñas apoyaron mi comentario. Espero que este tenga la atención que corresponde.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×