¿Qué debo hacer por obtener la vida eterna? Fue la pregunta de un joven piadoso, “bueno”, dicen algunos que hizo a Jesús, a quién lo reconocían como el “hombre de Dios”, su enviado (Mc 10). La respuesta del Maestro fue clara: “cumple la ley de Dios”. La primera reacción del joven fue, “ya lo he hecho”. Cosa que llama la atención, pues los que hemos sido jóvenes, los que pasamos la etapa de la búsqueda de la libertad y la autoafirmación del yo, no solemos tener a Dios y sus mandatos como referentes, pues nos parece que está muy lejos el cumplir las leyes de lo que un joven desea.
Por eso, es llamativo, en este joven, que nos dice mucho de los valores juveniles, que no solo pueden y deben pensar en ellos mismos, sus deseos y anhelos, sino que saben que hay algo que nos invita a abrirnos al otro para poder crecer, ser persona, ser feliz ya que uno de los indicadores de la felicidad es nuestra capacidad de sensibilizarnos por el sufrimiento de otras personas, entender que la felicidad no es un mero asunto individual, ¿cómo puedo ser feliz sin ver a los demás? ¿sin convivir con el otro? ¿sin desarrollar mis talentos al servicio de algo?
La juventud tiene mucho que aportar a la sociedad, sus energías se canalizan de muchas maneras. Una de las maneras de desarrollar los talentos juveniles es el compromiso social. En la juventud hay sensibilidad y mucha para los grandes valores. Así nació la obra de HOGAR DE CRISTO, en Chile y en nuestro país en la ciudad de Guayaquil, cuando un sacerdote sensible al sufrimiento “Tío Paco”, veía con dolor, como miles de personas venían a la urbe porteña a vivir en asinamientos, sin tener un techo que los cubra. Surgieron las casas de caña por la frescura del ambiente que provocan, por sus bajos costos y siempre pensadas como casas emergentes hasta que se logren planes de vivienda adecuados. Muchos jóvenes de colegios católicos fuimos confrontados con esta dura realidad y apoyamos esta labor. En los últimos años chicos del Colegio Javier han construido más de 200 casas y han apoyado con más de 200.000 dólares para ello, pero no solo eso, ellos mismos iban a construir casa con la gente en la zona.
Hoy Hogar de Cristo está en el ojo del huracán, asentada en Monte Sinaí en el populoso sector de la perimetral donde se están produciendo los desalojos de un asentamiento que tiene ya más de dos años. Tiene razón el gobierno en luchar contras las invasiones, es todo un negociado que está detrás. Persigan pues a esos delincuentes del dolor del pobre. Pero ninguna ley, menos tractor o rifle puede estar por encima del ser humano. Por ello surgió Hogar de Cristo, para dar soluciones emergentes y pensar propuestas globales con la sociedad toda, no solo una parte del sector. Antes de desalojar a la gente que llevaba más de dos años lo más sensible era reubicarlos, repensar los maravillosos y técnicos planes que hoy se cuentan, pensados desde el saber y el poder.
No estamos apoyando ninguna victimización del pobre. Los que han negociado deben ser sentenciados ¿a cuántos se han metido en la cárcel? ¡Y muchos sabemos sus nombres!. Es cuestión de JUSTICIA, dar a cada uno lo suyo desde un corazón justo, sensible; no solo técnico y leguleyo. Es cuestión de oportunidades y capacidades. Lo que hoy nos puede estar fallando es nuestra capacidad de diálogo y consenso. Tengamos cuidado, que el antiguo adagio latino puede seguir vigente, corrupta optima, pésima. No hay nada peor que la corrupción de lo mejor. Hoy nos encontramos con uno de los grandes indicadores de éxito de una excelente gestión del actual gobierno, por algo lo hemos reelegido por tercera vez, pero si no flexibilizamos nuestras teorías y planes no sabremos qué hacer para fomentar la vida, y no la vida eterna, como la entendemos, que no me sirve para el aquí y el ahora. El criterio de coherencia, no solo el dictun decir bien las cosas, sino hacerlas bien, respetando la humanidad, saber decirlo, el modum.
Jesús de Nazaret no solo fue sabio y justo, sino humano, su consejo al joven del Evangelio fue claro: “anda y reparte tus bienes…y luego…”. ¿serás feliz? ¿serás humano?
Pienso que esta bien ayudar, pero soy guayaquileña y me duele ver como han destruido a guayaquil las personas codiciosas aprovechándose de la necesidad de otros, pero creo que es hora de para esto ya que en ves de contribuir al crecimiento ordenado, veo que solo se esta aumentado el desempleo y el robo en los sectores marginales, a veces creemos hacer cosas buenas pero no siempre las cosa buenas son las correctas