Con el afán de aprovechar los recursos naturales, y hacer de la minería un motor de desarrollo, el ejecutivo remitió a la Asamblea con carácter de económico urgente, un proyecto de reforma a la normativa minera que tiene por objeto atraer la inversión extranjera. Sin embargo para los entendidos en la materia, el problema de la minería continua siendo el mismo: impuestos.
A saber, los costos de producir una onza de oro son aproximadamente el 60% del precio, es decir que la utilidad bruta de producir esta onza es del 40%. A ese 40% hay que restarle el 15% de las utilidades laborales, más los costos de transporte, seguros y refinación. Luego de todos esos gastos e impuestos se tiene una utilidad neta la cual es gravada con el 50% de impuesto a la renta, cumpliendo así con el mandato constitucional de que el estado “participará en los beneficios del aprovechamiento de estos recursos, en un monto que no será inferior a los de la empresa que los explota”.
Aparte de los citados impuestos, el estado cobra otros tributos que son una gran carga para los mineros formales, como el cobro del IVA a la venta del oro, el cual es descontado por el exportador al minero productor, porque esa diferencia de precio no se la reconocen en los mercados internacionales; Adicionalmente, dependiendo si es pequeña, mediana o gran minería le cobran entre el 3% al 8% de impuestos por conceptos de regalía. El minero formal debe pagar al estado ecuatoriano aproximadamente cerca del 80% de las utilidades de su producto.
Ahora, siguiendo con el principio mundial de que los tributos no se exportan, todo exportador ecuatoriano tiene derecho a que se le devuelvan los valores pagados por concepto de IVA en sus costos de producción hasta llegar al producto a exportarse, sin embargo al minero formal no se le devuelve ese IVA, y tiene que cargar al costo de producción ese tributo.
Todos esos impuestos, son la verdadera razón por la cual el 90% de la producción de oro en el Ecuador esta en manos informales, pues ellos no pagan ninguno de los tributos enumerados anteriormente.
Por ello, el loable esfuerzo del gobierno por querer hacer de la minería un motor de desarrollo, sigue íntimamente supeditado a la reforma tributaria.
Recién he leído unos 3 artículos suyos, y me da una buena impresión de su mensaje personal y persona de buen manejo profesional, muy al contrario de sus colegas que pasan haciendo temas políticos y de odio contra este gobierno y el Presidente Correa, haciendo comentarios tan sesgados y absurdos que uno no aprende nada y termina enfermandose mentalmente tambien. Los columnistas deben enseñar y aportar al lector para ilustrarlo y guiarlo en la verdad no en la conveniencia del dueño del medio o del grupo al que representan y quieren sacar provecho desde su poder. La felicito y ojalá sea siempre objetiva en la verdad y que aproveche esta columna para servir y enseñar al ignorante lector, que no sabe tecnicamente que pasa en ciertos sectores y en el País. Saludos.
No necesariamente son los impuestos. La dificultad real está en el reparto de las ganancias.
Si al minero, se le reconocen todos sus costos, la amortización de inversiones (que incluye el IVA, los gastos administrativos etc.,) y si adicionalmente se le paga una participación o utilidad razonable y es de este rubro lo que tiene que pagar utilidades de los trabajadores e impuesto a la renta; entonces no son los impuestos los problemas de la minería.
Independientemente de la modalidad contractual, la participación o tasa por servicios (como es el caso de los contratos petroleros), es lo interesante dado que a mayor eficiencia en la extracción y manejo de la mina, los rendimientos serán mejores.
El mineral es del Estado, al reconocerle los ?costos totales que incluyen IVA? no tendrían derecho a ninguna devolución, además que la devolución del IVA a los exportadores se lo hace solo a los bienes que se fabrican y el oro es exclusivamente extraído y no sufre ninguna transformación al origen y por consiguiente no podrían exigir ninguna devolución.
Si el minero tiene que pagar un 3% al 8% de regalías, es correcto porque es una retribución que en algo compensa el uso de aguas, materiales, palos y otros así como el uso de carreteras, puentes e infraestructura en general que el Estado facilita a la actividad minera.
La Ley Minera, debe tender a que el mineral sea del Estado; que se les reconozca todo el esfuerzo a los mineros, que tengan ganancias razonables y competitivas y el producto de esa riqueza sea en beneficio de país y que no nos pase lo que sucedió con el petróleo que genero ingentes riquezas para beneficio de pocos
DE ACUERDO SRA DIANA DE LOOR, EL PAIS IENE QUE DESPEGAR CON LA MINERIA, QUE TAMBIEN ES UNA FUENTE DE TRABAJO, YA ES HORA.