Tengo en mis manos el libro miniatura de los Salmos, que Ruth me regalara hace algunas décadas; abriéndolo transcribo parte del Salmo VII– el número 6.
6-“Y lo hiciste un poco menos que los ángeles y de honra y hermosura lo coronaste”
Y es que hecha “un poco menos que los ángeles y “de honra y hermosura” coronada -fue Ruth Baier de Czarninski, la que hizo como mujer de Alfredo-su hombre-la familia patriarca de Israel en esta Ciudad.
Y entonces la recordamos como la mujer esposa incondicional y madre, mil veces madre de sus hijos y sus nietos; por lo que merece todos los aleluyas de quienes la conocimos.
¿Qué decir de esta mujer madre a quien especialmente los que conformamos la Revista Diplomática Consular, la erigimos madre símbolo 2013?
La amé y respeté desde que “me introduje en Israel”, antes y después de mis días en la ONU. Su presencia cariñosa y expresión firme presidiendo con su esposo las reuniones en actos diplomáticos sociales, políticos-culturales de su nación en Guayaquil.
Imposible no hacer honor a su trabajo como Consulesa, durante el Decanato de su esposo, desarrollando una obra social humanitaria en esos Centros médicos de la Fundación de damas del honorable Cuerpo Consular de Guayaquil, creados por ella, del cual fue presidenta vitalicia, de gran accionar.
Cómo no recordar la sonrisa pura que la acompañó para siempre, aún cuando su memoria se iba escapando de su mente? Y es, entonces, cuando fue más madre que nunca, porque guiada por sus hijos con mucho amor, la ayudaron a seguir viviendo.
Soy de las que cree firmemente-que son los hijos y con ellos, los hijos de sus hijos, quienes nos hacen más madres a las madres, decantando en su amor toda la ternura y fortaleza; haciéndonos sublimes para amar infinitamente y proteger hasta el sacrificio el fruto de nuestras vidas.
Así fue Ruth Baier de Czarninsky “Nuestra Madre Símbolo 2013” cuyo retrato hoy lo develizamos, para reafirmar su valía, asegurando que su presencia es imperecedera entre nosotros.
Y yo, como mujer madre, me permito invocarla por todos los hijos de las madres del mundo: para que interceda ante “su Creador” a que terminen las guerras entre los hombres y que la paz brille en todas las patrias del orbe; porque como lo dijo un día Nilly, la mujer de su hijo Johnny “Las guerras, de cualquier lado, son un absurdo. Lo que reafirmo diciendo ¡No a las guerras! ¡Paz, paz para el mundo…!!
Por ello invito a los presente a invocar la paz, en nombre de Ruth Baier de Czarninsky.
Que ese “Ebelo shalom male heim”, pronunciado en hebreo, lo transformemos en Español diciendo
-¡La paz esté con nosotros! ¡La paz esté con nosotros!