21 noviembre, 2024

¿Qué quieres ser cuando seas grande?

Ahora que soy grande, ¡quiero ser niño! La niñez, es la mejor época de la vida, y es absurdo renunciar a ella solo porque crecemos en edad y a veces en estatura. La niñez es una época que podemos llevar siempre dentro de nosotros, en la mente y en el corazón. Así enrumbaremos la vida por el camino correcto. Los niños, suelen no complicarse, siguen a la voz que habla desde el fondo de su corazón. Esa es la voz de la conciencia, la voz del alma, la voz de Dios. La misma Voz que dijo que debíamos ser como niños para entrar al Reino de los Cielos. Reino que no está tan lejos, pues está dentro de cada uno, de cada ser que quiere ser como un niño para encontrar a su Padre y sentirse seguro y a gusto en Su presencia.

Ser niño tampoco es ser perfecto, pero es lo más cercano a aquello. Ser niño es ser auténtico. No siempre simpático ni gracioso, pero de seguro casi siempre veraz. Los niños, en su mayoría, no tienen el filtro del “qué dirán” o el “qué pensarán de mi”. Son como son, dicen lo que sienten y hacen lo que piensan. Por eso son felices, aún en situaciones lamentables en cuanto a las condiciones de vida. Y ser feliz es el objetivo de todo ser humano. Aún el masoquista busca la felicidad en su masoquismo, el vengador en su venganza y el criminal en su crimen.

Ser feliz es lo que toda persona quiere ser, pero empieza a avanzar en el camino de la vida y crece, y se complica, se olvida del niño que alguna vez fue. Quiere ser grande, adulto, maduro o madura, quiere y quiere muchas cosas y se va condicionando con regulaciones que le permitan alcanzar todo lo que desea. Va dejando de ser quien es, ya no es veraz. Inclusive muchos olvidan lo que realmente les gusta, lo que les permite disfrutar de su paso por el mundo. Se entregan por entero, en cuerpo y alma, a otras actividades o situaciones ajenas a lo que realmente anhela su ser interior. Por eso la felicidad no llega, salvo por tenues destellos que iluminan en algo la existencia.

Un buen ejercicio es recordar. Recordar los juegos en los que participábamos de pequeños, las cosas que imaginábamos, las personas a las que amábamos, las ganas que teníamos de hacer esto o lo otro, la música que cantábamos o escuchábamos, el cuento que leíamos con frecuencia…inclusive la gente aparentemente imaginaria que nos daba la ronda en la “realidad” o en la cabeza. A veces no es que imaginábamos sino que intuíamos sobre personas que de alguna manera han ido apareciendo en nuestra vida…recordemos…

Y es bueno recordar, porque así no solo nos sentiremos mejor y retomaremos los buenos objetivos del ayer, sino que además podremos entender mejor a los niños de hoy y los dejaremos ser lo que son, ¡niños!, que friegan y friegan, que molestan, que interrumpen, que por ahí tienen un berrinche pero que son la sal de la vida.

Por algún lado leí que una profesora le preguntó a un alumno: Pepito, usted, ¿qué quiere ser cuando sea grande? Y Pepito respondió: ¡quiero ser feliz!

Bueno pues, manos a la obra, que no te olvide aquello que anhelaste y tu deseo de ser feliz toda la vida.

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Era un dicho de los abuelos, con el que aprendimos a que no debíamos gastar más de lo debido, ni a endeudarnos si no hay de donde pagar!

Y que dicho en plena era presente, en las clases de Ética, se lo decimos a nuestros alumnos-(soy profesora de Educación Moral y Ética).

Que lo básico del buen vivir es no excedernos en gastos fuera del presupuesto familiar; y las consecuencias de endeudarse sin tomarlo en cuenta, etc., etc.

Creemos que todo padre consciente así lo hace, lo cual a más de darle tranquilidad a la familia, es un buen ejemplo para sus hijos a apreciar su vida, sin menosprecio a las posibilidades que su estatus le da y ¿por qué no?, a esforzarse por alcanzar un futuro que les permita tener lo que hubieren soñado…

Las nerviosas ardillas…

Consciente de que alejarme mucho tiempo de mis escritos no me es saludable, y porque la inquietud de la improductividad me llevó a casi destrozarme los dedos, me senté frente a la compu a ver que salía. Con varios proyectos de artículos e inclusive de libros inconclusos comencé la búsqueda del tema. Nada se me ocurría y lo que tengo semi preparado no arranca como para darle el fin. Me puse a revisar mails, a leer, contestar y borrar lo que ya estaba medio añejo, hice bien porque encontré lo que buscaba.

Un escrito entre pasado y actualizado de un sacerdote, el título: “Se está gestando algo nuevo”, habla ahí sobre un retiro espiritual de un grupo de jesuitas que se reunieron con su General en Nairobi, África, en el 2012.

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