22 noviembre, 2024

Este es mi cuerpo (Corpus Christi)

Acabamos de pasar, este 2 de junio, una de las fiestas más importante del mundo católico, Corpus Christi, para muchos, que son cada vez más, pasó desapercibido. Salvo en Pujilí, donde esta fiesta es “patrimonio intangible de la humanidad”, su sentido es distinto a nuestras reflexiones. Antes, nuestra ciudad se paralizaba, las procesiones del Corpus inundaban las calles. Hoy, ni se nota ¿perdimos la forma de vivirla? ¿recuperaremos el sentido?

Cuando un joven mira su cuerpo, puede decir “este es mi cuerpo” y espera ver sus músculos en forma, duros, fuertes, símbolo de hombría, virilidad, machismo, está listo para cortejar y aumentar su lista de conquistas. Para el atleta significa esfuerzo, sudor, dieta, cansancio y alegría con el triunfo de su cuerpo atlético. Para la mujer su cuerpo es vida y significa muchas cosas, maternidad, belleza, admiración y angustia por su deterioro o envejecimiento, no estamos acostumbrados a pensar en ello, menos asumirlo.

Para el ser humano en general el cuerpo es un problema. Lo correcto sería un misterio, que admirar, respetar, cuidar y valorar. Pero no sabemos manejarlo. En los inicios de la vida, buscamos un buen origen, eugenesia y creemos que tenemos derecho a manipular el cuerpo y experimentamos los bebes probetas, inseminaciones, alquileres de útero, etc. En las etapas terminales de la vida, anhelamos morir bien, eutanasia y adelantamos la muerte, pues ya no podemos con el cuerpo, píldoras, inyecciones de cianuro, por ejemplo.

En el presente muchos hombres y mujeres no saben qué hacer con su cuerpo por ello, lo alquilan, lo prostituyen lo agrandan, lo achican lo transforman. ¿Tenemos plenos derechos para explorar y explotar nuestro cuerpo? ¿No hay algo de sagrado en el misterio humano? ¿cuál sería el principio regulador? ¿lo hay?

Cuando festejamos el cuerpo de Cristo, Corpus Christi, lo que recordamos es la encarnación del Hijo de Dios en la carne humana, asume un cuerpo no como algo transitorio, sino real. Este cuerpo es una aventura humana en un espíritu corporizado, órgano de relación, que configura una identidad, que dibuja un rostro y describe una personalidad, señala un misterio, el del divino niño en Belén, como del Cristo roto del calvario y el Cristo Resucitado, horizonte de nuestro final.

El Cuerpo de Cristo real está en el tejido social, el cuerpo social de todos los hombres que forman la comunidad humana. Por lo tanto, cuando sufre uno de sus miembros sufre el cuerpo total, los cuerpos sufrientes por falta de hambre, vivienda y lo mínimo para vivir reflejan el deterioro del cuerpo de Cristo y la gran responsabilidad de sus creyentes. Cuando el cuerpo individual no sabe manejar sus impulsos y latidos, su química y sus sentidos, se altera el corazón de Cristo, su cuerpo. Cuerpo individual y cuerpo social forman el verdadero y único Cuerpo místico de Cristo. El respeto, la admiración por el misterio del amor encarnado es real cuando se respeta, valora y admira el cuerpo vivo de todos los que son parte del Cuerpo de Cristo. Hoy se vivirá mejor la fiesta del Corpus Christi cuando se lo reconoce en el que sufre, en el que anhela cariño, ternura y esperanza.

Artículos relacionados

No hay comentarios

  1. Excelente reflexión. Los dos últimnos párrafos son doctrinariamente medulares. Me impresiona gratamente la afirmación de que «El Cuerpo de Cristo real está en el tejido social…etc. Artículo muy instructivo. Felicitaciones.

  2. Ud. Tiene toda la razón, Dios sufre cuando esas y otras cosas peores ocurren aun así nos ama a todos y también nos espera en los sagrarios de todas las Iglesias del mundo para que vallamos a hacerle compañía mas aun cuando esta expuesto en adoración eucarística que bueno , que hay todavía personas como Ud que se percaten de estas cosas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×