El Presidente Correa ha manifestado que se propone una nueva ley laboral para el sector privado, por mi experiencia en ambas esferas plantearé algunas ideas que espero sean debatidas.
1.- Estabilidad laboral es algo que todos buscamos. Se trata de una seguridad o certeza de mantener la capacidad de sustento familiar y poder planear e desarrollo del bienestar.
Indispensable, pero para que una persona pueda gozar de estabilidad laboral debe saber que “Deber, siempre va antes que Derecho”. Por ello mantener habilidad de innovación y de aportes permanentes en su desempeño para que sean sus servicios los que se necesiten y así restar importancia a su edad, sexo o cualquier otra condición que podría concurrir en una sustitución del trabajador. Estimo que todos estamos de acuerdo, aunque el Gobierno haya hecho lo contrario.
Debería establecerse un porcentaje del sueldo que debería abonar el empleador para que tenga la libertad de despedir a un empleado libremente (Cesantía: la del IESS no sirve) y dicho sujeto inmediatamente concurrir con su boleta de despido y cobrar lo mismo por x cantidad de meses, hasta que logre otro empleo.
2.- El contrato a prueba es lo peor que puede suceder. Ningún empresario va a gastar en entrenar a un trabajador cuya meta, casi siempre, es desear que lo despidan “para coger la liquidación.” Jamás comprenden que ese monto lo va a recibir en su momento.
Por otro lado se aprecia su labor y se permite que asuma la seguridad y es una tremenda transformación la que se percibe, de doctor “Jekill and mister Hyde”; una bipolaridad que lo lleva de virtuoso a demonio. La solución a esta condición está descrita dentro del numeral 1.
3.- Un Sindicato o Comité de empresa laboral, no politizado, es una suerte para las partes. Permite la negociación y franqueza de situación que sirven para que las partes se encuentren en el centro.
4.- Libertad de modelos de contratación. Percibo que ya se está trabajando en ese cambio.
5.- Un incentivo a toda empresa que cree servicios de beneficio social familiar: Urbanizaciones, escuelas, aportes de desayunos escolares, cursos especiales… recibirían un aliciente en el pago de sus tributos y estos actos voluntarios no pasarían a ser “derechos obtenidos.”
6.- Puntualidad y respeto mutuo; incluyendo que su tiempo se dedique a laborar no a textear.
7.- Que todo empleador provea de equipo de seguridad de última generación para evitar accidentes o futuros efectos nocivos a la salud. Una costurera en una línea de producción deberá usar una mascarilla para no absorber la pelusa del tejido; sillas cómodas; luz suficiente… Pintores, albañiles, transportistas: Arneses, sombreros de seguridad, zapatos con punta de acero…
8.- Las vacaciones deben equiparase entre los burócratas y empleados civiles a un máximo de 15 días. Es clara la intención de crear una demanda de mano de obra mediante la extensión de la duración de la falta, más o menos un cuatro por ciento, que termina siendo inflacionaria y reductora de la eficiencia.
Entre los burócratas ¿por qué darles 30 días, cuando es bastante común que gocen entre 365 a 366 días de vagancia?
9.- Implementación de beneficios y obligaciones a los mal llamados “informales”; se los debe de obligar a pasar por lo menos un día a la semana libre con su familia. Topes de horas de conducción a los taxistas y marcación clara de los horarios de trabajo.
Quedan muchas cosas lógicas que agregar: Guarderías, servicios de salud emergente de acuerdo al número de personal, protocolos para casos inesperados, y muchos más.