Sorpresa ha causado el ambiente que se ha estado recolectando debajo de la opulenta alfombra que transfería con su imagen el alegre Brasil.
Un país encaminado a formar parte de las economías más opulentas de mundo y con macro indicadores insuperables que muchos de los más desarrollados querían tener.
Brasil es conocido como el país del Futebol (fútbol). La cuna de astros del balón. El fascinante país de la alegría, del mundialmente reconocido Carnaval Carioca. Para la mayoría del mundo y de los brasileños es todo eso.
Empero, también es una nación que, pese a que ostenta la sexta economía del mundo, lidia con una inflación anual del 6,5%. De altísima criminalidad que registra cada año un promedio de 40 mil homicidios y zonas “Favelas”, a las cuales la Policía teme entrar.
Donde al lado de la vanguardia en el estudio y aplicación científica, todavía existe una mayoritaria deficiencia en la calidad de servicios públicos en salud, educación y transporte. Es de rigor diferenciar entre el transporte interno y el externo; siendo que el de turismo es de categoría mundial.
Desde el 2011 Brasil, con 194 millones de habitantes, es gobernado por Dilma Rousseff, la primera mujer Presidente en la historia de ese país. Llegó con 57 millones de votos, con el respaldo de su compañero del Partido de los Trabajadores y antecesor Luiz Inácio Lula da Silva.
Luego de su triunfo prometió mantener a Brasil en la prosperidad económica. Lo recibió en condiciones favorables: el desempleo estaba a la baja (5,7%), sin deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con 28 millones de personas fuera de la extrema pobreza y una reducción del subempleo de 45,2 millones a 43 millones.
En su primer año de administración Dilma generó 2,3 millones de empleos formales y redujo en 2011 la tasa de desempleo al 5,2%, su menor nivel en casi una década.
Las denuncias de corrupción que obligaron a dimitir a cinco de sus ministros, no afectaron la imagen d Dilma, debido a la rapidez con la que actuó; más bien la reforzó.
En los últimos 10 años (entre las Presidencias de Lula y de ella), 45 millones de personas salieron de la pobreza y se incorporaron a la clase media-baja. La mayoría, por ello, simpatiza con el partido gobiernista.
A este subsidio se suman otros como, el programa de vivienda ‘Mi casa, mi vida’, ‘Brasil cariñoso’, lanzado en mayo pasado, y ‘Beca familia’.
En cambio, las decenas de millones de personas que conforman la clase media y la clase media alta (“la clase sanduche”) se vieron desconectadas del gobierno y sin programas que mejoren sus vidas.
Hoy, sufren algaradas que no se daban desde 1992 durante el reclamó contra la corrupción del gobierno del expresidente Fernando Collor de Melo, quien renunció mientras enfrentaba un juicio político.
El detonante de las actuales protestas es el reclamo por el alza de 20 centavos de real (10 centavos de dólar) al transporte público y por la inversión de 15.000 millones de dólares en la infraestructura de los estadios y demás preparativos para la Copa de Confederaciones, un evento que es antesala de la Copa Mundial 2014 de Futbol, su deporte idolatrado, y que se inauguró hace pocos días en medio de manifestaciones.
Un dinero, que recalcan los protestantes, en su mayoría jóvenes de la clase media que son convocados a través de las redes sociales, debería ser invertido para mejorar el sistema educativo y los servicios públicos de salud y otros.
Las autoridades de Sao Paulo y Río de Janeiro revocaron la medida del alza del transporte. Pero el resentimiento no disminuyó entre los miles de manifestantes de la clase media, que sienten una presión económica muy intensa como consecuencia del alto costo de la vida.
A estos reclamos se sumaron los del combate a la corrupción. Las expresiones del descontento se magnificaron la noche del pasado jueves, junio 20, cuando más de un millón de personas, de unas cien ciudades, se volcaron a las calles. La jornada terminó en saqueos, decenas de heridos, enfrentamientos con policías y dos muertos accidentalmente.
“Necesitamos una reforma política y fiscal, poner fin a la corrupción, mejores escuelas, mejor transporte”, dijo Savina, una empleada de 29 años que se unió a una de las protestas.
Visitando YouTube, encontramos cientos de advertencias de comunicadores libres, indicando la flagrante y desbocada corrupción: Subido el 02/07/2010; Periodista denunciando la corrupción de la política en Brasil. Licencia de YouTube estándar http://youtu.be/F8gD5F8SIOs. Publicado el 14/04/2012, Este é o top 10 dos políticos mais safados do Brasil. http://youtu.be/TSjVUZQ6MvM.