No me refiero a los partidos de futbol de la Selección, ni de equipos locales cuya calidad está cada día más venida a menos, me referiré a los logros que el Gobierno está obteniendo a raíz de que asumió su nuevo mandato.
Con la mayoría en la Asamblea en menos de 30 días el Gobierno del Presidente Correa ha logrado concretar 2 goles como local: la Ley de Minería y la de Comunicación. La forma de aprobar estos cuerpos legales nos recordó los viejos tiempos de la partidocracia donde funcionaba la tan criticada aplanadora que hoy parece únicamente cambiada su marca.
La Ley de Minería si bien creó polémica a nivel de todos aquellos que consideran no fue suficientemente socializada y discutida por los sectores inmersos en la actividad, ésta pasó a un segundo plano y casi al olvido frente a lo que es la de Comunicación; se la aprobó en forma vertiginosa y sin debate pese a que la Constitución manda que debería ser en dos; a última hora se le introdujeron Reformas como la creación de la Superintendencia de la Información y el Linchamiento Mediático.
Los primeros estragos de la Ley de Minería se dieron incluso antes de su aprobación; la canadiense Kinross decidió abandonar el país y con ello dejar botado un proyecto de 1200 millones en explotación. La de Comunicación colocó al País en el ojo de casi todo el mundo a nivel de Medios. Se generaron críticas a su texto en diversos países, así como en la Sociedad Interamericana de Prensa; por parte del Relator de la ONU; Departamento de Estado de USA, etc. El retroceso que se da a la libertad de prensa y de expresión en el Ecuador, es lo alarmante. En los 2 casos sus textos están en manos del Ejecutivo que tiene 30 días para aprobarla o modificarla.
Donde experimentó el Gobierno una derrota fue de visitante. El Canciller Patiño no logró superar a su contraparte el Británico Hague, para lograr obtener que Julián Assange salga de su refugio. El fundador de wikileasks cumplió un añito de feliz estadía en la Embajada y tiene para largo. El conformar una Comisión es sólo una salida para que la derrota no parezca tan dolorosa
