El Gobierno anunció un notable giro en U en su política económica, tomando propuestas de mis programas de gobierno, que fueron inspiradas en las mejores políticas de los partidos Laborista, Conservador y Liberal de Gran Bretaña, aplicadas después de la Segunda Guerra Mundial y que sacaron a ese país de la destrucción y la pobreza.
Pero ninguno de los Gobiernos de Gran Bretaña ni sus líderes Clement Attlee, Winston Churchill, Harold Wilson, Edward Heath, James Callaghan, Margaret Thatcher, John Major, Tony Blair, han sido socialistas del siglo XXI, por lo que existe expectativa por conocer si el Gobierno ha abandonado el socialismo del siglo XXI, o intenta un socialismo del siglo XXI ya no con políticas propias de este sistema, sino con políticas económicas del capitalismo del siglo XX, o ha dado un giro similar al de Fidel Castro que, durante la década final del siglo XX, presionado económicamente por la caída de la cortina de hierro y la pérdida de la ayuda de la Unión Soviética, anunció cambios para sobrevivir, experimentando con impulsos al sector privado, para luego revertirlos al encontrar en Venezuela el reemplazo de la Unión Soviética, como solución a sus problemas económicos.
En artículos pasados he indicado que para atraer inversión extranjera, el Gobierno necesita inspirar confianza y reestablecer su credibilidad en los mercados internacionales, no con palabras sino con señales de cambio claras, lo cual constituiría un buen principio, aunque no sería suficiente puesto que también se requiere habilidad, que el conocimiento y la experiencia confieren, para conseguir capitales, fomentar la creación de empleo y mantener el crecimiento económico, que ya empezó a desacelerarse, además que el tiempo es reducido y no hay espacio para experimentos ni fracasos.
¿Se inspira confianza y se reestablece la credibilidad en los mercados internacionales con la política internacional del Gobierno actual?
Los recientes acontecimientos relacionados con Edward Snowden dejaron claro que la política exterior de nuestro país continúa siendo la misma, alineada con representantes del socialismo del siglo XXI, con Cuba y Fidel Castro particularmente, quien llamó al presidente para felicitarlo por renunciar al beneficio de las preferencias arancelarias de EE.UU, aunque después el Gobierno ecuatoriano tuvo que aclarar que renunciaba a las preferencias arancelarias relacionadas con ATPDEA, pero no al Sistema General de Preferencias (SGP), descubriendo un discurso de soberanía limitada.
Nuestra imagen internacional sufrió un traspié adicional, cuando se conoció que nuestro Cónsul en Londres había concedido a Snowden el salvoconducto que le permitió trasladarse de Hong Kong a Moscú, a pesar de los esfuerzos por convencer al mundo que el Cónsul había actuado por su propia cuenta y riesgo.
¿Se conseguirán mejores resultados con la división del Ministerio de Relaciones Exteriores, separando la actividad de Comercio Internacional, si la política internacional de nuestro país no cambia y continúa el intento de lograr protagonismo internacional con sentimiento antiestadounidense, cuando EE.UU. es nuestro mayor socio comercial y ejerce notable influencia en Europa, como quedó establecido con el caso del desaire al presidente boliviano Evo Morales, por parte de países europeos, que no autorizaron el aterrizaje de su avión presidencial o el uso de su espacio aéreo?
La prensa de EE.UU. realizó comentarios desfavorables, acusando al presidente ecuatoriano de doble estándar, de pretender reemplazar a Chávez como el “demagogo antiestadounidense más notable del hemisferio”. Estos comentarios, añadidos a ótros llamándolo “autocrático”, “impulsivo”, “irascible”, “populista errático”, difícilmente inspiran confianza y reestablecen la credibilidad, para que la inversión extranjera venga a nuestro país. ¿O es que la apertura a la que el Gobierno se refiere es solamente al “vivo-aperturismo” con China, pero no al, llamado por él, “bobo-aperturismo”?
Magnífico escrito. Un punto de vista con el que estamos de acuerdo una inmensa cantidad de ecuatorianos que sí pensamos y anhelamos la libertad y la democracia.
Muy buen articulo Eco Sagnay! Es como si alguien nos dijera: «tengo una noticia buena y una mala que daros»! Se podria decir que «la mala» es que Ud. no sea parte de este Gobienro? y que la buena es que este gobierno esta desprendiendose, de alguna forma, de aquel funesto mal llamado SOCIALISMO DEL SIGLO XXI DE CHAVEZ y de aquel SOCIALISMO EXTREMO (Que llevo al poder a Correa aprovechandose de que ECUADOR SE QUEDO SIN LIDER)Y que a su vez esta AUN DENTRO (PATINO Y CIA) Y FUERA (ALBERTO ACOSTA Y CIA.)del gobierno? Ante esta disyuntiva que creer? Por mi parte creo que CORREA se encuentra ENTRE LA ESPADA Y LA PARED y que estos 4 anos no van a terminar -en perjucicio de su ego- como UN CUENTO DE HADAS para el, sino mas bien COMO UNA HORRIBLE PESADILLA!
Artículo tonto, no aporta nada, es inútil. Estados Unidos y Europa están en quiebra, el dólar ha perdido 60% de su valor desde la dolarización. Y Usted parece criticar la apertura a China, el único país que crece.
Su artículo es una serie de lugares comunes, sin sentido.
Las perlas no aportan en nada a los cerdos. Los estados no quiebran por lo que EE.UU. y Europa no están quebrados y China no está creciendo como antes, es decir está en desaceleración, que significa que su crecimiento anual es menor que el crecimiento de años anteriores. ¿El dólar ha perdido su valor en 60% en relación a qué monedas y en qué tiempo?, pero aunque así fuese, qué tiene que ver con mi artículo? A pesar de lo dicho, no critico a quién se pide dinero prestado, sino cuánto se pide prestado, en qué condiciones, a qué tasa de interés, cómo se van a pagar esos préstamos y sobre todo si el cambio de la matriz productiva que se pregona se va a poder realizar o no, ya que sin inversiones y sin riquezas naturales, entre ellos los recursos petroleros para continuar con su venta a futuro, no será posible.