21 noviembre, 2024

La Humildad en la Gloria

Realmente que la trágica muerte de un impecable guerrero del futbol ecuatoriano, hijo, nieto, padre, esposo y amigo ejemplar, tal cual es el caso de CHRISTIAN BENITEZ BETANCOURT, nos ha dejado una fuerte lesión emocional, incluso, a quienes tuvimos el privilegio de conocerlo aunque sea a través de las noticias deportivas.

Mi querido padre, a través de sus sabios consejos, siempre me decía: “Hijo, el ser humano no debe ser lo que quiere que otros piensen de él…el ser humano debe ser lo que es realmente por esencia”…Mientras más humilde y sabio, muchísimo mejor”

Cuán grande es aquel que su grandeza nace precisamente de su humildad. Cuán grande y singular es aquel que, mientras más grande es su fama, más serena es la sencillez de su alma. Cuán grande y humilde a la vez, es aquel que, codeándose y mirándose cara a cara con la gloria deportiva, no presume de prepotencia alguna para con sus congéneres.

He estado viviendo muchas emociones al irme enterando de la vida de este joven de color que desde su niñez ya soñaba ser un grande, pero que a través de sus sueños, así mismo iba aprendiendo a cultivar los principios de todo un señor.

Juro que en este caso en particular, más admiro al ser humano que al deportista. No niego las emociones que me produjeron la elegancia y maestría de sus goles a través de la selección, o las emociones que me han producido ver sus hazañas como pieza importantísima de equipos extranjeros. ¡México lo ama y lo llora!…así como amó y ama a Julio Jaramillo. El mundo entero lo lamenta y lo aclama, y se entristece por su veloz e inexplicable partida.

Como no voy a admirar a aquel ser humano que minutos antes de su muerte tuvo la serenidad y correcta apreciación de todo buen padre al pedirle a su esposa que mire por sus hijos. Como no voy a admirar en aquel, la sencillez que le inspiraba su corazón para aconsejar a los niños a que jamás se identifiquen con las drogas. Como no voy a admirar a aquel que supo sembrar, bien y con buen fertilizante, la amistad entre sus compañeros de futbol… sus compañeros de barrio…sus compañeros de escuela.

Como no voy a admirar a aquel que antes no tuvo nada, y ahora lo tenía casi todo, pero que sin embrago, continuaba enriqueciendo sus valores de ser humano. Como no voy a admirar a aquel que a pesar de aquello, jamás perdió la sensatez y la cordura.

Como no voy a admirar a aquel que algún momento dijo que siendo un niño, el único carro que tuvo fue uno de juguete, mientras que sin perder la cordura y la originalidad de los seres humanos sencillos, ahora conducía, entre otros, un hermoso Mercedes Benz, producto precisamente de su arte y del sudor y entrega que dejaba minuto a minuto en las canchas.

Como no voy a admirar a aquel que, sin prepotencias ni demagogias, sin alardes y sin mentiras, sin necesidad del engaño y la inmoralidad, sin la deshonestidad y sin perversa malicia, sin necesidad de creerse vanamente un mediocre-político más, logró hacer trascender el nombre de nuestra patria allende fronteras, así como solo lo hacen los grandes.
Como no voy a admirar a aquel que, seguro estoy, Papito Dios lo ha escogido para que refuerce su selección futbolera, y para que también lo replete de emociones con sus fintas y sus goles, allá en las ligas mayores…allá en el cielo.

¡HASTA SIEMPRE CHUCHO….HASTA SIEMPRE CAMPEON!

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No hay comentarios

  1. Estoy de acuerdo, Christian el Chucho Benítez fue mucho mas valioso que esos que se comen al país; él por medio de su arte futbolístico hizo naltecer el nombre del Ecuador.

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