Enrique ha sido para mí una bendición del señor.Su hermandad ha sido para mí existencia un privilegio que el creador me ha concedido.
La vida de Enrique ha tocado mi vida de la misma manera que ha tocado la vida de muchos seres a los que ha ayudado. Todas las historias de mi vida y las historias de la suya, han sido compartidas por nuestra amistad. Ha estado presente en todos los acontecimientos de mi camino, cómo yo en los suyos y es la única persona a la que le acepto ciegamente sus pedidos.
Muchas veces he hecho lo contrario a lo que pensaba, solo porque él me lo pedía. Hoy está pasando malos momentos en el exterior.
Me la he pasado llorando varios días y un desasosiego interno me corroe de impotencia por la incapacidad de no poder hacer nada para que se ponga bien. Nunca le he pedido nada a Dios. Pero hace dos días le ofrecí mi vida para que Enrique sanara la suya. Le daba todo lo que tengo y todo lo que soy a cambio de que vuelva a estar como antes.
No soy un hombre de palabrerías; soy un sujeto bien plantado. Les digo esto, porque podría sonar a histrionismo este ofrecimiento, pero los que me conocen saben que no es así y solo he hecho lo que estoy seguro que Enrique también haría por mí.
Hace diez y seis años publiqué un libro que se titula Intimidades. En este libro escribo unas letras que se titulan “letras para Enrique Boloña”. Enrique había hecho algo que me había demostrado la clase de hermano que era y con su accionar cambió mi circunstancia y al hacerlo demostraba el inmenso amor que me tenía.
A continuación les transcribo lo que escribí en esa época…
Gestos como el que has tenido conmigo, solo prueban tu lealtad y amistad. El hecho de que hayas hecho lo que hiciste pensando en mi futuro; lo prueba. Hay cosas como las que escribo que mucha gente escondería.
Yo nací al revés y pienso que no existe ningún momento más preciso que el que se quiera para decirle a un amigo lo que se siente.
En una era de hombres duros, parecería un signo de debilidad expresar públicamente los sentimientos.
Me siento feliz de hacerlo ahora que estoy vivo, bien de salud y con mi cerebro en el estado ideal para poder expresarlo.
Siempre me he preguntado: ¿cuál es el tiempo correcto para decir lo que se siente?
Siempre me he contestado: aquel en el que se debe.
Tu presencia en mi vida ha sido determinante y cuando hablo contigo, lo hago conmigo. Has sido para mí como una puerta abierta por la que entro para encontrarme a mí mismo y mí verdad.
A fin de cuentas, todavía soy un niño que sueña con las estrellas y para ser feliz solo necesita amar y al mar. Puede que yo sea un loco que se siente cerca a Dios cuando mira el universo o que se siente sublime cuando besa la sonrisa de una hija.
La vida me ha dado muchas cosas y por encima de todas ellas, la capacidad de ser feliz con pocas.
Desde hace muchos años has sido mi amigo. A lo largo de este camino, siempre has estado a mi lado.
Entre tu historia y la mía no existen líneas divisorias y son la misma crónica de dos amigos y su mismo destino.
¿Por qué te escribo?
Porque tengo la necesidad incontrolable de que sepas cuanto te quiero.
Fíjate que en un mundo tan estúpido como el que vivimos, expresar abiertamente lo que se siente no es lo que la mayoría de los hombres hacen.
Pienso lo equivocada que está nuestra sociedad y en lo maravillosa que pudiera ser, si las personas expresaran abiertamente lo que sienten.
Declarar el amor y los afectos jamás será un error. A fin de cuentas Cristo murió por amor y el Principio llegó a la Tierra para buscarlo.
Con tu amistad has estado junto a mí en mis sonrisas y mis lágrimas. Has sido el clavo del que he colgado mis angustias y la sonrisa que ha iluminado mis penumbras. Todo lo que emana de mí ser te quiere, así como todos los que me quieren y rodean también te quieren.
Soy un hombre afortunado.
Tengo el mayor obsequio de Dios en mi intelecto y su mejor regalo en tu amistad. Estoy convencido de que nunca cambiaras conmigo, así como también que un afecto como este, no se acabará cuando se presente la muerte. Esto continuará donde tenga que seguir.
Si alguna vez nos separamos y estando en otro tiempo te vuelvo a encontrar, no dudes ni por un instante que volveré a quererte como el hermano que te ama hoy.
Te quiere,
Miki.
Precioso artículo Miki.
Enrique es un gran amigo, un extraordinario Pediatra y un hombre a carta cabal.
Recién me enteré de su problema la semana pasada y me impactó muchísimo.Es una amarga realidad el cáncer, sin embargo, debo aclararte que yo considero al cáncer como un amigo con el que debemos aprender a convivir y a aceptarlo como un amigo y no considerarlo un enemigo.
Yo tuve cáncer de esófago con metástasis en el 2004 y considero que en lo que más me ha ayudado la enfermedad, es en aprender a vivir y a disfrutar cada día, cada minuto, aprender a pegarme a mi familia y a aprovechar cada minuto para darles mi amor. No sé cuanto tiempo más me dará Dios, pero sí estoy seguro de que voy a aprovechar cada segundo de ese tiempo.
El problema de Enrique, yo espero que Dios nos mire con misericordia y que lo supere con Su ayuda.
Creo en Dios y soy un convencido de que la oración es mágica. Vas a ver que Enrique va a superar la enfermedad y que Dios nos va a ayudar.
Saludos
Jose Fernando.
Muy Humano y como debe ser todo sentimiento de amistad.
Miki – verdaderamente conmovedoras y sentidas tus palabras ante el predicamento de alguien valioso y a quien quieres entrañablemente. Eres genuino como el diamante en bruto, y tus sentimientos se reflejan como el diamante pulido. Te expreso mi respeto, te reitero mi amistad, y me uno a tu deseo de que la salud de Enrique no desfallezca. Abrazo, Pancho
Mi estimado doctor, yo quisiera que algunos de los erúditos en poesía me hicieran el favor de evaluar su pensamiento plasmado en un escrito dirigido a su amigo, entrañable, por cierto, y que me digan de donde sale esto, o mejor dicho, de donde proviene esto. Para mí entender, como usted lo expresa, dice un tio mío: HAY QUE TENER COJONES, y porque? Ya lo manifestó usted. Esto su actuar, es de hombres verdaderos que sienten y adoran a lo que aman, y lo que es mejor, lo expresan, eso es lo divino. Doctor mis sinceras congratulaciones por tan maravillosa expresión de cariño, amistad y amor hacia un amigo, que verdaderamente es un hermano. Ya quisieran algunos tener sus cualidades, y el que sabemos, está muy lejos de alcanzarle siquiera LOS TALONES.
Recién leo este artículo Miki y me he sentido muy conmovida con tus afectuosas palabras para el amigo y más con la noticia de que Enrique pasa por este momento. Es de esperar en Dios que el supere la enfermedad.
Qué hermosas palabras llenas de sinceridad, ternura y amor para su amigo.
Qué Dios siga bendiciendo esa amistad y que la salud de mi muy apreciado Doctor Enrique Boloña mejore, una de las personas más valiosas que he conocido,él por siempre será el pediatra de mis hijos.
Quien tiene un amigo como Uds. tiene un tesoro, somos muchos los que pedimos a Dios por Enrique,un medico exepcional, humano. Pero la entrega de su vida a Dios por la de el, es admirableile
Dios los bendiga, gracias por el ejemplo que da Ud. de solidadidad sincera. Ojala miles de personas leyeran su carta. (no aspiro a millones)DIOS BENDIGA LA AMISTAD.