22 noviembre, 2024

El servicio militar exprés

El Presidente Correa tiene la “percepción” de que el servicio militar en nuestro país “es tremendamente ineficiente” y propone, como si fuera un experto en temas militares, sistematizar la formación militar; con una aseveración en principio cierta: “El objetivo del servicio militar es ser fuerza de reserva militar, para defender a la Patria” y a reglón seguido, señala que “tal vez para eso no se necesita un año, sino dos o tres meses y entrenamiento permanente”.

Cuando el poeta Ponce era Ministerio de Defensa, señaló: “mi idea es ampliar a dos años o tres la conscripción voluntaria”; aquí cabe algunas preguntas: ¿El criterio del presidente y la “idea” del exministro estarían sustentadas en algún estudio? ¿El mando militar conocerá y habrá presentado algún informe sobre este tema?

El servicio militar históricamente constituía una contribución obligatoria a la defensa nacional; Napoleón promulgó una orden para que todos los hombres sin hijos, de edad entre 18 y 40 años, debieran prestar su servicio militar. En los diferentes países de Europa, los varones tenían similar obligación, con pequeñas variantes en la edad y en el tiempo de permanencia en los cuarteles.

En nuestro país, el 3 de abril de 1837, el Congreso expidió la Ley sobre Conscripción del Ejército, el Art.1, establecía que “Todo ecuatoriano desde la edad de veinte a veinticinco años cumplidos será alistado para el servicio de las armas”. En toda la vida republicana de nuestro país, el servicio militar ha sido obligatorio. Las obligaciones militares para todos los ciudadanos comenzaban a los 18 años con la calificación, luego de 1 año de conscripción pasaban a pertenecer a las FF.AA. permanentes, con licencia sin sueldo durante 5 años y por último, a las reservas hasta cumplir los 55 años.

Cada año existen alrededor de 120 mil ciudadanos en edad de servicio militar, de los cuales sólo son reclutados entre el 17 y 23%; no obstante, de acuerdo a la Constitución vigente, el servicio militar es voluntario. Los ciudadanos, normalmente de los estratos más pobres, acuden al acuartelamiento, unos por vocación, con la aspiración de seguir la carrera militar y otros como una alternativa a la falta de trabajo.

Difícilmente se podría instruir a un ciudadano moral, cívica, física y militarmente en dos o tres meses para enfrentarse a los rigores del combate o de las emergencias, ni siquiera para ser boy scouts.

En casi todos los países del mundo se recurre a incorporar a ciudadanos físicamente aptos para que formen parte de las FF.AA., porque mantener en tiempos de paz una fuerza militar sólo con profesionales resulta oneroso; luego, es necesario entrenar a las reservas en forma permanente en el conocimiento de nuevo armamento y tácticas acorde a las amenazas y escenarios; sólo así tendremos una fuerza militar profesional que nos garantice la soberanía e integridad de nuestra patria.

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