Los organismos aduaneros han declarado en abandono la estatua del Presidente y Alcalde León Febres Cordero Ribadeneyra. Por su parte, el Alcalde de Guayaquil declaró que con el monumento hecho en Ecuador, (que siempre fue considerado temporal), ya se hizo respetar la competencia del Cabildo y por ende ya se rindió homenaje al fallecido Presidente y Alcalde. Igualmente aseveró que pueden hacer “lo que les dé la gana” con el monumento esculpido en España por el afamado artista Víctor Ochoa.
Estando así las cosas, es fácil intuir lo que va a suceder de no mediar un cambio de rumbo por parte de por lo menos uno de los dos bandos en conflicto pues la intolerancia y el odio político de grupos como “Diabluma” y otros, (léase los remanentes de AVC), permiten vislumbrar que lo que se pretende no es solo impedir la colocación de la escultura sino incluso su destrucción pública. Intentan vanamente ofender la memoria de quién dedicó los mejores de sus últimos años a refundar la ciudad que lo vio nacer, luego de haber sido el eje de la política nacional y por ende de su historia, durante más de 25 años. Piensan que al hacer desaparecer una escultura lograrán borrar el recuerdo que vive en el fondo de los corazones de todos los guayaquileños y ecuatorianos de bien. No entienden que los recuerdos no se borran jamás y menos cuando son gratos.
No hay que pasar por alto la preocupante información aparecida en uno de los diarios oficialistas, en el sentido de que la estatua, que está desmontada, ha sido colocada en un contenedor sin techo del cual sobresalen algunas partes, mismo que estuvo a la intemperie y que hoy habría sido colocado en lugar techado y aislado. Solo Dios sabe en qué estado estarán esas piezas y si están completas. Nadie sabe quién autorizó a que fueran desempacadas y colocadas en esta forma.
Hay en esto además una trampa jurídica oculta pero muy peligrosa. La estatua se financió con donativos de prestantes ciudadanos y empresas guayaquileños, (cuya donación debe ser defendida y no entregada a los hornos de una fundición), más una muy respetable donación del Municipio pero para ser importada debió ser donada íntegramente al mismo Municipio pasando por ende a convertirse en un bien del mismo cuyo valor no es nada despreciable. Pues bien, siendo así, resulta que es responsabilidad del Cabildo el proteger dicho bien y nada raro sería, en estos tiempos de cinismo rampante, que en un futuro cercano los mismos que hoy impiden su colocación, planteen alguna demanda contra el Alcalde y los otros funcionarios responsables por una supuesta negligencia o incluso por prevaricato al haber permitido el deterioro y la pérdida de un bien municipal, acusación en la que es de esperarse que aduzcan, como un argumento cierto, el hecho de que el Municipio participó activamente en el proceso cuya sentencia hoy desconoce y tilda de espúrea y que por lo tanto el rechazo a dicha sentencia es extemporáneo. Quizás de esta forma lograrían en las cortes lo que en las urnas jamás van a lograr: vencernos.
Es pues deber nuestro, de todos nosotros, ciudadanos y autoridades, el tomar las medidas del caso para evitar que los que medran en los alrededores del Poder, se salgan con la suya. En un anterior artículo, (“La Estatua”, 07/Marzo/2012), ya analizamos opciones para neutralizar el revanchismo de los que incapaces de atreverse a ofenderlo mientras vivía, pretenden hacerlo después de su muerte. Lo planteado en dicho artículo está posiblemente, más vigente hoy de lo que estaba en la fecha de su publicación.
Es evidente que la posición de algunos funcionarios gubernamentales es, por decir lo menos, caprichosa al aseverar que la escultura puede ser ubicada en cualquier otro lugar que no sea el escogido. Olvidan que hoy en día, en el lugar escogido, se colocó un obelisco temporalmente. Es decir que el problema no es que permanezca allí el obelisco, pero les resulta inadmisible que se ponga en su reemplazo la estatua de Febres Cordero. ¿No les parece un disparate? Lo absurdo de sus argumentos es tal que si el Municipio aceptara mover el sitio unos cuantos metros el impedimento desaparecería, (claro está si es que no se les ocurre legislar con dedicatoria y efecto retroactivo para ampliar el área prohibida), y la estatua se erguiría majestuosa para la vista y satisfacción de todos.
El mismo Lenin y otros pensadores marxistas, tan caros a algunos integrantes de este gobierno, (como el Secretario General de Alianza País que se confiesa “marxista leninista de corazón”), hablaban de pasos para atrás y pasos para adelante. En esto lo que cabe pues es dar un paso para atrás para luego dar dos muy claros para adelante. Para Lenin y sus colegas, ello no implicaba derrota alguna, más bien era una movida táctica conducente a la victoria porque lo que cuenta es que al final por simple matemática, igual se avanza que es lo que realmente cuenta.
Así pues, el aceptar ubicar la estatua en otro sitio, sería el paso atrás que permitiría dar los otros dos en sentido contrario. A las ubicaciones alternativas sugeridas en el anterior artículo, se pueden añadir otras. Una podría, quizás la más significativa y fácil pues no se trata de ningún “patrimonio histórico”, sería remodelar la Plaza de la Administración, moviendo la escultura de “La Fragua de Vulcano”, (curiosamente del mismo escultor que hizo la estatua motivo de la disputa), a la Plaza San Francisco y trayendo la de Rocafuerte para ser ubicada frente a la Gobernación y ubicando la de León frente al Municipio; ambos estarían juntos para el resto de los tiempos y con esas ubicaciones simbolizarían permanentemente la historia de ambos: el primero que aceptó ser Gobernador después de ser Presidente y el segundo, que aceptó ser Alcalde, igualmente después de haber ejercido la primera magistratura de la República; sacrificios que hacen algunos hombres cuando realmente aman su tierra natal.
Y como la idea es dar un paso atrás para luego dar dos adelante, el otro paso sería proceder a otorgarle su nombre a alguna de las principales avenidas de la Ciudad, homenaje que se ha rendido a la mayoría de los Presidentes Guayaquileños, especialmente a los que realmente trascendieron tal y como es el caso de León. Eso requiere de una resolución del Cabildo y hoy se dan las condiciones para lograrlo. Un hombre como él, auténtico refundador de la Ciudad, no merece menos y mientras pasa el tiempo sin que se le rindan los homenajes que se merece, él único real perdedor es él por el manoseo perverso al que se somete su memoria y su recuerdo.
Tengamos presente que lo que hoy vivimos es un claro proceso que intenta la destrucción de lo que Guayaquil ha significado y significa en la República. Es cuando más debemos defender nuestra autonomía municipal y cantonal para decidir cuestiones elementales, comenzando con el poder dedicarle estatuas a quienes a bien tenemos según lo que con pleno derecho nos parece e incluso venciendo los pequeños obstáculos que el normal juego democrático impone. Sin duda, cuando el Alcalde Jaime Nebot pase a la posteridad, se habrá hecho acreedor a un merecido reconocimiento ciudadano. ¡Nobleza obliga¡
Es hora de despertar, juntarnos tras nuestras autoridades y defender nuestros derechos y si para ello hay que pensar en frío, recordando que “gobernar es transar”, hay que aceptarlo sin pensar que ello implica una derrota ni una claudicación de principios, todo lo contrario, sería una demostración más de la real estatura política e histórica de nuestros líderes.
Demos pues, Sr. Alcalde, estimado y querido amigo, un paso atrás para dar luego dos adelante. Guayaquil se lo merece. León se lo merece.
Que carta tan larga! Tambien no se olvidan los recuerdos ingratos, como los hechos tan desacertados de los politicos viejos y egoistas del pasado que se creyeron intocables e inmortales y que le hicieron tanto daño al país dejándolo en el atraso en que hoy vivimos, me da pena el leer que alguien se Ufane de esa maravilla de Políticos, vaya a la calle de la gente más pobre, a los barrios periféricos de la ciudad y pregúntele a la gente si viven felices, gente como ud. sólo estan preocupados de los monumentos, haga una obra de bien que éso es lo único que vale ante los ojos del Creador y como ya he escrito antes en algún comentario A León déjenlo descansar en Paz, lo que hizo bien Dios le habrá premiado…no necesita acólitos Post Mortem
Comence a escribirle Dr.Coello para dar mi opinion y decirle que nadie pudo haber analizado mejor, respecto a su atinado e inteligente articulo de hoy «GUAYAQUIL YLA ESTATUA», pero «algo me lo corto», de seguro, una mano negra salida de los frios hornos de carondelet donde se anidan los «diablos envueltos en bruma» que temen no solo a su sombra sino a sus propios fantasmas creados por su mente escabroza, revoltosa y revolucionaria! Rurgoa DIOS ilumine a JAIE NEBOT y haga que analice tenga muy presente en este, su ponderado articulo. Se que el ING, LEON FEBRES CORDERO DESCANSA EN PAZ yEN CALMA porque el sabia la clase de ECUATORIANOS QUE SOMOSLOS PORTENOS! vamos adelante todos los GUAYACOS P PROPIOS Y ADOPTIVOS, vamos a honrrar la memoria de los proceres y de nuestros ancestros que lucharon y se forjaron , al igual que nosotros en EL PUERTO PRINCIPAL DE GUAYAQUIL Y DEL ECUADOR!
MUY BUENO SU ARTICULO..QUE PENA, Y CORAJE ME DA EL VER QUE EL ODIO PUEDE MAS, QUE LA GRATITUD QUE SENTIMOS LOS GUAYAQUILEÑOS, A EL EX PRESIDENTE LEON FEBRES CORDERO, QUIEN REFUNDO LA CIUDAD DE GUAYAQUIL..PORQUE NO NOS UNIMOS TODOS Y LO SACAMOS DE LA ADUANA Y LO PONEMOS, FERENTE A EL CLUB DE LA UNION..??? SI ESTE DESGOBIERNO (DIOS NO LO QUIERA) ESTA EN EL PODER 15 O 20 AÑOS MAS, NO DEJARAN TAMPOCO QUE LA ESTATUA DE NEBOT SEA PUESTA EN NINGUNA PARTE..QUE HORROR TANTA BAJESA DE ESTE GRUPILLO DE EL SIGLO XXI…
EXCELENTE COMENTARIO, MARIO. MAS CLARO NO SE PUEDE HABLAR. ENHORABUENA.!!!!!!!!!!!!!