“Es la referencia de una mujer del otro lado del mundo de la 2ª guerra mundial, que como todas las guerras afecta a todos los hombres de todos los confines porque uno solo es el mundo y una sola la humanidad”
1995 – A medio siglo de la ONU
Así, reza el epígrafe del libro, “A medio Siglo de la ONU” que escribiera en 1995, entregado oficialmente por nuestro Gobierno al Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas Boutrus Ghali y que según datos periodísticos-El Universo 21 de 1995- La obra constituyó el primer homenaje que se hiciera por el quincuagésimo aniversario de la ONU y su presentación en Guayaquil marcó un hito socio- cultural internacionalista.
Reseñaba en ese libro el año 1945 de la fundación de la ONU con la esperanza de que las guerras terminarían para siempre, días en que, yo una niña, me hacía eco de la expresión oída a mis padres y por las radios-“Con la ONU, no más esa maldita guerra” ¡Paz en el mundo! Y hubo la paz, aunque para alcanzarla, antes se estalló “esa maldita bomba atómica…”
Y después de esa paz, las guerras siguieron-entre “frías” y “calientes” Corea, Vietnam…etc., etc.
Y hoy ante el crimen inhumano, en Siria contra su propia gente en Damasco, nos mantiene en suspenso.
Mi grito, de este siglo, es el mismo que el de otrora.
¡No más esa maldita guerra! Más la exhortación a las Naciones Unidas y a Estados Unidos: Una invasión “de defensa” o “de Castigo” a Siria sería una nueva hecatombe e inmiscuiría al mundo en una nueva guerra.
Este grito hacia la ONU-es para activar su razón de ser de “mantener la paz y la seguridad internacional y con tal fin: tomar medidas para prevenir y eliminar amenazas a la paz para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos de la paz…” Cap. 1 art. 1 Carta de las Naciones Unidas.
Una medida, sería suspender a Siria como signataria de la Organización, al ser juzgada y sentenciada, por haber violentado la paz y -hacer uso de armas químicas contra los civiles-miles de víctimas incluidos niños -mas, al que se debe sancionar es al gobernante que hoy la rige, que en derecho internacional, se denomina Autoridad del estado – Bashar al Asad, que hoy ha perpetrado el genocidio del siglo, una vez probado que ha usado las tales armas químicas, prohibidas según protocolo especial de la ONU en Ginebra.
Y si no hay enjuiciamiento en su propio estado, que de suyo no lo habría ante un dictador de tanta hegemonía y crueldad, le toca a la ONU dentro de las instancias internacionales imponer el castigo, luego de que las investigaciones respectivas lo comprueben.
Crímenes de esta clase, le corresponde juzgar a la Corte Internacional de justicia amparada en las tantas Convenciones y pactos específicos de Derechos Humanos.
Y a los gobiernos del mundo, me permito transcribir parte del numeral 23 del capítulo sobre Principios de cooperación internacional en la identificación, detención y castigo de los culpables de crímenes de guerra, de crímenes de lesa humanidad, incluido el genocidio, de la Asamblea General de Dic. 1973, que entre otras cosas dice:
3.- “Los estados cooperarán bilateralmente y multilateralmente para reprimir y prevenir los crímenes de guerra y los crímenes de lesa humanidad y tomarán todas las medidas internas e internacionales necesarias a ese fin
5.- “Las personas contra las que existan pruebas de culpabilidad en la comisión de estos crímenes serán enjuiciados y en caso de ser declarados culpables, castigados…”
Por lo que hoy el pueblo sirio, como el de cual estado del mundo, necesita la intervención de la ONU; a más que una guerra desatada en Medio Oriente sería fatal, después de las armas químicas podrían venir las armas atómicas, de las que se jacta Irán, uno de sus aliados.
Y entonces, después de esto, hablar de paz sería una farsa o es que, como dice Stephane Hersel: “Hoy antes de llegar a la paz hay que matar al menos millones de personas”…¿?
NO EXISTEN ARMAS DE DESTRUCCIÓN «SELECTIVA», TODAS SON DE DESTUCCIÓN «MASIVA»: LOS AVIONES NO TRIPULADOS, LAS BOMBAS ATÓMICAS Y TODAS LAS DEMÁS, YA QUE CUANDO UN BANDO O GOBIERNO ES ATACADO, SE RODEAN DE CIVILES INOCENTES COMO ESCUDOS HUMANOS.
LA GUERRA ES LA PEOR AFRENTA Y VERGÜENZA DE LA HUMANIDAD.