Santiago de Guayaquil, 16 de octubre de 2013
Señor Director Diario Expreso
Lo dicho, dicho queda
Quienes nacimos cuando el respeto a las gentes, a los símbolos patrios y a la majestad de la república. Cuando nuestra madre nos amamantó y junto a nuestro padre nos inculcaron, en forma indeleble, los valores morales y cívicos que a lo largo de muchos años condujeron al país. Hoy desgraciadamente acanallados y casi extinguidos, resulta tan improcedente como despreciable la disculpa pública por una ofensa emitida por el más alto vocero de una institución tan nuestra como es el Congreso Nacional.
De esa manera, los cientos o quizá miles de ecuatorianos que aun podemos responder a aquella vida honorable, nos sentimos igualmente ofendidos tanto por las groseras expresiones de quien, evidentemente, no tiene conciencia de qué mismo representa, como por su burda y traída por los cabellos disculpa.
Esta actitud, por desgracia para la juventud actual, que inculca el desprecio a todo lo que debe ser venerado, tan generalizada hoy desde las altas esferas del Gobierno, que lamentablemente celebra la mayoría de sus seguidores. Es así que la opinión del mundo recibe una muy pobre imagen de nosotros los ecuatorianos.
José Antonio Gómez Iturralde
¡ Ojalá Guayaquil tuviera más personas que hablan y escriben como Ud. ! En estos tiempos pareciera que la madera de guerrero como que tiende a apolillarse. Me solidarizo con sus palabras.
Saludos cordiales.