Es un tema muy controversial sobre el que jamás todos se pondrán de acuerdo.Cada uno lo verá desde su punto de vista y este será el influenciado por su convicción religiosa, moral, social, legal o de ser la víctima de una circunstancia donde haya habido una violación y como consecuencia un embarazo.
Para los católicos es inadmisible, porque es un crimen quitarle la vida a un ser concebido. Sin embargo debemos recordar que no todos los habitantes del planeta son cristianos y que la religión católica en número de fieles es solo la quinta en el mundo.
A donde quiero llegar es que una verdad absoluta para los que profesan la religión católica, no necesariamente es una verdad absoluta para los que profesan otra religión o para los ateos.
Consideremos situaciones posibles.
Imaginémonos a Daniel Camargo que siendo un psicópata criminal violó y mató a más de setenta mujeres. Pensemos que embarazó a una de ellas que estaba casada y esta no abortó y parió a su hijo. Miremos cómo sería el nacimiento de ese niño entre tres hermanos previos.
¿Creen ustedes que el esposo de ella y también padre de los tres niños ya existentes, lo va a querer igual o más que a sus tres propios hijos?
Ese niño tiene el derecho de saber la verdad sobre quién fue su padre. Hay quienes dicen que no se lo debería decir. Eso sería comenzar la vida del niño con una mentira. Pero supongamos que se lo dicen y que el niño entra al colegio. ¿Estando en secundaria ustedes creen que este joven sería invitado a todas las fiestas o que a alguien le guste que ese chico sea el enamorado de una hija suya o que el mismo joven se sienta orgulloso de haber sido concebido por Camargo el criminal violador?
Vámonos a la lotería genética.
Los psicópatas o criminales son producto de una aberración genética en el ADN de una cadena del genoma. ¿Qué pasaría si el niño concebido hereda tal genética y fatal predisposición? Sería otro criminal violador y un nuevo azote para la sociedad. En resumen, sería infeliz la madre, el padre adoptivo, la familia de la madre, la sociedad y sobre todo el mismo niño.
Pero vámonos a algo más simple.
Supongamos que una mujer casada se embaraza de su amante y es descubierta por su esposo. ¿Creen ustedes que el esposo perdonará a su esposa y amará al niño con el mismo amor que ama a sus hijos naturales? ¿Creen ustedes que el padre olvidará que esa creatura con la que va a vivir a diario es el resultado de la traición de su esposa y la prueba viviente de su infidelidad?
No solo que no lo soportaría sino que se divorciaría, a pesar de que en la iglesia católica no existe la posibilidad del divorcio.
Por eso es que algo tan controversial como la legalización del aborto no puede tener aceptación total por parte de quienes opinan sobre la situación sin haber estado como parte de una situación de esta naturaleza.
Para saber la respuesta a este dilema hay que preguntarles la posición a las mujeres que han sido violadas y embarazadas.
Hay que pedir la opinión de la familia de estas mujeres. Hay que preguntarle la posición a un niño que haya sido producto de una violación. El criterio legal para regularizar o impedir este hecho debe ser analizado de acuerdo a la convicción individual de la víctima.
Hay países donde el aborto es opcional. Se establecen condiciones para que un tribunal apruebe el aborto solicitado.
Primero debe hacerse un peritaje médico legal para comprobar la violación.
Segundo debe justificarse la causal judicial ante un juez para requerir la posibilidad de su ejecución.
Tercero se le debe hacer una valoración neuropsiquiátrica a la mujer violada para certificar el estado mental de la víctima y su capacidad de comprensión en la decisión solicitada.
Cuarto se debe tener dos testigos que aseveren el hecho.
Quinto debe hacerse una prueba genética de paternidad.
Con todos estos requisitos, la persona involucrada y analizando su situación individual podrá solicitar ante un tribunal la legalización del hecho. Legislar sobre esto es meterse en una materia que quema porque siempre existirán consideraciones religiosas de por medio.
Los católicos verán en el hecho la legalización de un crimen. Los no católicos no lo verán así. A los violadores les dará lo mismo. A algunas mujeres violadas les parecerá que habrá justicia.
Si dios nos dio el libre albedrío para decidir nuestro destino, también nos dio el mismo libre albedrío para asumir las consecuencias de nuestras decisiones. Así mismo, dios nos dio el libre albedrío para escoger la religión que más nos llene. En mi criterio en una situación de violación, las decisiones que se tomen deben ser individuales y la responsabilidad de sus consecuencias también.
quiero dejar por escrito me aplauso y felicitación por este muy profundo análisis sobre el aborto al cual me adhiero TOTALMENTE por estar de acuerdo en todo lo expresado en este artículo.- MUCHAS
FELICITACIONES MIKEY…….MUCHAS…..
INTERESANTE SU ART. SOBRE EL ABORT0…dios nos dio el libre albedrío para escoger la religión que más nos llene.´ Refiriendose a dios Ud. escribe con minucula. Claro que hay muchos dioses,como religiones las hay, pero un solo Dios verdadero: Jehova.