El fin de semana del 18 al 20 de octubre se llevó a cabo la quinta edición de la tradicional convención motociclista Bikers Weekend 2013, la que tiene como objetivo integrar a la gran familia ‘motera’ de todo el Ecuador.
En apenas dos meses, los miembros del comité organizador del Guayaquil Riders Moto Club produjeron la tradicional convención internacional, que contó con la participación de motociclistas de todos los rincones del país, incluyendo a delegaciones de EE.UU., Holanda, Colombia, Chile y Uruguay.
Desde Guayaquil, el viernes 18 por la tarde una nutrida caravana motorizada atravesó la ciudad en compañía de una diligente y prudente Comisión de Tránsito, que durante toda la vía a la costa y el resto del fin de semana resguardó la seguridad de los deportistas y la correcta observancia de las normas de tránsito.
Con el lema “Vivir para rodar, rodar para vivir”, más de 300 motos se dieron cita en el hotel Barceló, donde el alcalde de Salinas nos dio la bienvenida en una emotiva fiesta privada que incluyó un concierto ochentero, para que jóvenes de avanzada edad disfrutemos de las melodías del recuerdo con el espectacular grupo Time Project Band, que nos puso a saltar y bailar.
Médicos, abogados, rectores universitarios, profesores, carpinteros, mecánicos, dentistas y demás ecuatorianos que comparten el gusto por la velocidad, la aventura y la libertad, disfrutamos con seguridad, camaradería y respeto de la mejor terapia antiestrés.
Felicitaciones al comité organizador del Guayaquil Riders Moto Club. Y esperamos que en un futuro no muy lejano este colectivo se organice para plantear una reducción de los impuestos a estos vehículos que casi no consumen gasolina, lo cual contribuye con el ambiente y el tránsito que se encuentra colapsado en las grandes ciudades como Quito y Guayaquil.
En ese marco, la motocicleta debería ser promovida como un elemento clave de una movilidad urbana eficiente, porque propicia mayor fluidez en el tráfico y menor contaminación, es un medio de transporte asequible y popular, y evita las tortuosas dobles filas, lo cual justifica la existencia de políticas públicas de apoyo a la moto, que como vemos beneficia a todos, incluso a quienes no van en ella.