Los ecuatorianos no le damos importancia a lo que se denomina PUBLICIDAD ENGAÑOSA por el no poseer la cultura de exigir que aquello que se presenta mediante un anuncio o letrero y que posteriormente lo adquirimos, no tenga las mismas características de lo que originalmente se nos ofreció.
Publicidad Engañosa es aquella que efectúa afirmaciones que tienden a confundir, es exagerada o falsa acerca de un producto o servicio y que afectan al bolsillo del comprador o consumidor.
De igual manera, es la modalidad de información o comunicación de carácter comercial, cuyo contenido sea total o parcial es contrario a las condiciones reales o de adquisición de los bienes o servicios que se ofrecen, para lo cual se utiliza textos, sonido, imágenes o descripciones que directa o indirectamente, omiten datos esenciales del producto, induciendo a engaño, error, o confusión a quien es el consumidor.
Es muy común que nos topemos con anuncios publicitarios donde se indica:” Hasta agotar el stock” o “Promoción por tiempo limitado”, sin que necesariamente se señale cuantos son los artículos que componen el stock o inventario, como tampoco el tiempo con fechas exactas que dura la promoción.
Los anuncios que promocionan alimentos preparados el engaño a que está sujeto el consumidor en nuestro país es bárbaro. Los restaurantes y sitios de comida promocionan alimentos mediante afiches o imágenes donde presentan platos o los llamados combos muy sustanciosos, no obstante al momento de servir al cliente su alimento la situación es totalmente diferente: porciones pequeñas y combos que rayan en lo risible.
Si se quiere reclamar de acuerdo a la ley, el trámite será largo y engorroso: Denunciar al Defensor del Pueblo, este resolverá tarde mal o nunca, luego a la Intendencia, etc.
DEBEMOS PROMOVER LA CULTURA DE EXIGIR, PERO CON EDUCACION..
Esto debería ser penado como mala práctica profesional a los publicistas que hacen estos anuncios engañosos.
Coincido con el editorialista, no tenemos una cultura de reclamo y por eso abusan presuntos comerciantes, sin saber que a la larga un cliente insatisfecho no regresa y se encarga de difundir a su círculo de amigos, familiares, etc. ¿Será que la Ley de Defensa del Consumidor necesita mayor difusión de parte de los organismos de control como el Defensor del Pueblo, MIPRO, etc.?