21 noviembre, 2024

Canto de optimismo

El día viernes 15 de noviembre, recibí de una amiga una poesía que, cuando me habló de ella, me interesó, porque es el tipo de poesía que me gusta leer, aparte de las románticas. Ella no conocía al autor, el que, de acuerdo a la fuente donde la consiguió, resulta ser ecuatoriano, nacido en Otavalo en 1912, Profesor de escuela, colegio y universidad, un hombre extraordinario por sus logros, el Profesor Gustavo Alfredo Jácome, narrador, poeta, ensayista y catedrático universitario. Su narrativa indaga en torno a alternancias distintas frente al indigenismo tradicional. Según Jorge Adoum, “Jácome no toma a su personaje con simpatía o simple aproximación, sino con una verdadera identificación, que le permite descubrir, en toda su hondura, los elementos constitutivos del alma indígena: la solidaridad, la resignación, y sobre todo, esa ternura sin límite posible que parece ser su propia definición.”

La educación primaria la recibió en la Escuela 10 de Agosto, de Otavalo, la secundaria en el Colegio normal Juan Montalvo, graduándose de maestro en 1936. Los estudios superiores los continuó en la Universidad Central en la que obtuvo los títulos de Profesor de segunda enseñanza y de Doctor en Ciencias de la educación, en 1955.

Autor de varios libros de enseñanza y varias obras, entre ellas: Ortografía para todos, Castellano para tres cursos de secundaria, Ronda de primavera, Barro dolido, Luz y cristal, Luis Felipe Borja y numerosas notas sobre el uso correcto del idioma castellano y del lenguaje

Leamos este hermosísimo soneto de optimismo y lucha, que, de acuerdo a la fuente es de su autoría, y vale la pena ser recordado siempre:

Canto de optimismo
Gustavo Alfredo Jácome

Forja tu alma de acero toledano
con dureza de roca y de diamante;
de todas las empresas, sal triunfante,
que nada es imposible al ser humano.

Mantén en comprensión cerebro y mano,
con resuelta actitud, marcha adelante,
que jamás ha triunfado el vacilante,
y el esfuerzo con fe, nunca es en vano.

Comprende la lección, siempre segura,
del constante caer con que las gotas
taladran, al final, la piedra dura.

No te arredres jamás con las derrotas;
sin fuerzas ya, alza el vuelo hacia la altura
aunque tengas, también, las alas rotas.

Artículos relacionados

Insomnio

Que intensas que fueron nuestras conversaciones, cuando solíamos subir a la terraza de la casa de tu abuela Alba y fumar un puro. Pienso en las horas que compartimos y cómo nuestros […]

5 comentarios

  1. Gracias por el recuerdo de tan memorable canto solo me acordaba las primeras frases del mismo creo que lo lei cuando tenia 14 o 13 anos

  2. Si es hermoso mi profesora Otilia nos enseño en 5to. Grado. Donde dice Comprende la leccion que da la altura y el constante caer con que las gotas taladran al final la piedra dura.

  3. Qué buen artículo. Yo aprendí ese texto cuando estaba en e colegio y aún lo recuerdo. Ha marcado varios episodios de mi vida. Gracias por compartirlo.

  4. Gracias! Qué hermoso! Recuerdo a mi profesora, Lic. Inés Sosa, docente de Lengua en el colegio 24 de mayo, ella nos enseñó este poema el primer día de clases. Gracias por compartirlo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×