21 noviembre, 2024

La Universidad está viva

Una sombra sobre la centenaria Universidad de Guayaquil ha sido lanzada por los evaluadores del sistema universitario. La categoría D es una ofensa al siempre bien mantenido prestigio de nuestra Universidad. En quienes formamos parte del principal centro de estudios superiores de Guayaquil nos ha causado dolor y amargura.

Estos son tiempos de evaluación y comparación. Nos han comparado con otras universidades y hemos salido perdiendo. La cuna de ilustres pensadores, hombres de ciencia, prominentes médicos, notables hombres de derecho, sabios maestros y grandes rectores ha sido lanzado a la categoría D, lo que deshonra y trae deshonor a su trayectoria. No es fácil aceptar este momento amargo que atraviesa la Universidad de Guayaquil porque se puede llegar a creer que dentro de sus claustros y aulas todo es facilismo y descomposición. Y eso no es así. Hablo desde mi experiencia actual de estudiante de derecho, de la también centenaria Facultad de Jurisprudencia. Y en mi Facultad lo que menos existe es facilidad para que los estudiantes de Derecho puedan obtener el titulo de Abogado. Los profesores son exigentes, implacables, duros en sus exigencias de estudio y de preparación académica de sus alumnos. Aprueba el curso quien sabe y conoce de memoria los diferentes códigos y la doctrina jurídica.

Estoy profundamente agradecido con mis diferentes profesores, todos han sido generosos en su dar de conocimiento y todos exigen comprensión y entendimiento para promover de curso. Nada se consigue sino es a través del estudio y aprendizaje. En nuestra Facultad son catedráticos: ilustres miembros de la Corte Superior de Justicia, jueces de los tribunales, fiscales, altos funcionarios públicos. Uno de los más importantes médico diabetologo del país, el Dr. Carlos Cantos es profesor de Medicina Legal, y así como él, tan prestigiosos y respetables son los miembros del cuerpo de docentes de la Facultad. ¿Acaso tomaron en cuenta los señores evaluadores, la calidad y el prestigio de los catedráticos de las distintas Facultades de la Universidad? Mientras que otras Universidades han sido fundadas en la explosión de creación de Universidades para hacer negocios, la Universidad de Guayaquil, tiene una trayectoria honorable, de 146 años de servicio ininterrumpido, formando profesionales, muchos de ellos protagonistas de nuestra historia nacional.

En la Universidad de Guayaquil el rigor académico es exigente y no se puede poner dudas sobre su nivel pedagógico y académico. Esta es una hora oscura para nuestra querida Universidad de Guayaquil, también es momento para tomar lo que está pasando como un desafío, para ponernos de pie, para mirar nuestra gran historia y antecedentes y recuperar lo que siempre hemos tenido: LA UNIVERSIDAD CON LA MAYOR EXIGENCIA ACADÉMICA DEL PAÍS. La Universidad está viva ¡estamos vivos! y llenos de amor y gratitud por las oportunidades que ella trae, por su excelencia, sabiduría, sapiencia, honorabilidad. ¡Es nuestra Universidad! Asumamos todo este desafío. Recuperemos nuestra historia, la gran Universidad clama por su honor. Pongámonos todos en esta tarea, ahora, la Universidad está viva.

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Después de vivir muchos años en estas islas, me he contestado en diferentes ocasiones afirmativamente a cada una de estas tres preguntas, validas todas, con subjetivas y objetivas respuestas a cada una de ellas, sin embargo lo único que puedo asegurar que cualquier enfoque que debamos darle al tema es ineludible la presencia irreversible e indisociable de nosotros, los humanos como parte integral de esta región.

Esta realidad no debe en todo caso excluir, más allá de estas preguntas con sus diferentes respuestas, que el manejo de sus recursos supera lo que una definición por conservación alcanza a expresar, pero jamás podemos en ningún caso quitarle la prioridad innegociable en mantener la sostenibilidad y cuidado de sus ecosistemas, teniendo presente en todo caso la inevitable acción de la presencia humana.

1 comentario

  1. Lo que me apena es de ciertos ecuatorianos enamorados de los extranjeros, que piensan que los de afuera ahora son mejores que los nuestros, o con traerlos están cumpliendo algunos compromisos adquiridos, y dejando sin trabajo a ecuatorianos.

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