A los seres humanos se los debe juzgar por sus acciones y no por sus intenciones.Existe una gran diferencia entre un guerrillero y un terrorista.
Los guerrilleros defienden los derechos, mientras los terroristas violan los derechos. Las acciones de los terroristas están al margen de la ley. Bajo algún pretexto ideológico cualquiera, los terroristas se organizan en bandas delictivas para asaltar, secuestrar, torturar y cometer todo tipo de actividades ilícitas contra el orden social establecido. Se escudan bajo alguna reivindicación social, pero en realidad sus acciones son delitos comunes contemplados como violaciones a los derechos ciudadanos que se garantizan en la constitución.
Estos sujetos son en realidad delincuentes organizados que con sus acciones causan lesiones a los ciudadanos que viven dentro de la ley. Sus actos delictivos están contra los derechos constitucionales de las personas comunes y no son luchas ideológicas contra el abuso del orden establecido.
Recuerdo el secuestro de un banquero que se llevó a cabo por un grupo armado en nuestro país. La acción no fue contra el gobierno. Este fue un secuestro hecho a un ciudadano común que no tenía vinculaciones con el poder. Lo torturaron física y sicológicamente para terminar asesinándolo sin lograr el rescate pedido. Independientemente de quién era o en que trabajara, esta acción no fue hecha por ninguna ideología. Se trató de un acto delictivo que violó las garantías constitucionales de quién terminó como un cadáver, perpetuado por un grupo armado que causó terror con este hecho.
Los terroristas causan terror; su objetivo es lo económico. Los guerrilleros por el contrario; luchan contra el gobierno que consideran tirano. Escogen el camino de las armas para reivindicar derechos que han sido suprimidos por el abuso del poder. Luchan por un ideal y no por los réditos económicos que puedan obtener. Son movidos por su ideología; no por su codicia. Equivocados o no, luchan contra el sistema con alternativas extremas que no están consagradas en la constitución.
En días pasados la asamblea resolvió otorgar la condecoración post mortem Vicente Rocafuerte “con derecho y en reparación moral y ética” a un dirigente del grupo Alfaro Vive Carajo. Indudablemente las cosas han cambiado en el país. Antes se condecoraba a los patriotas, hoy se lo hace con quienes actúan al margen de la ley.
El problema va más allá de si nos gusta o no esta condecoración. Esta decisión nos muestra un nuevo orden moral establecido. Anteriormente la moral era aquella norma de conciencia por las que se regía la sociedad. Esta moral nos permitía convivir dentro de un grupo de leyes que nos definían los derechos y deberes ciudadanos. Esta norma moral salvaguardaba nuestra vida dentro de la ley. Así mismo castigaba mediante las penas correspondientes a quienes rompían el orden establecido. Asesinos, violadores y secuestradores, eran considerados como antisociales que debían recluirse dentro del sistema penitenciario.
En esa época la inmoralidad era todo lo contrario al orden moral que regulaba la sociedad. Los delincuentes; es decir los que atentaban contra la moral, eran castigados y no condecorados.
En la actualidad estamos viviendo un nuevo orden moral. La amoralidad es la nueva moral. Lo que es bueno para los que ostentan el poder, es lo que será bueno para todos. Lo bueno o malo, será bueno o malo, solo si es bueno o malo para quien lo necesita para su propio beneficio.
La amoralidad se da en todos los ámbitos. No existen culpables de ningún acto de corrupción. No sé ha fiscalizado a nadie. Los ladrones, asesinos, o trasgresores de la constitución son los opositores del gobierno.
Bajo la actual amoralidad, también debemos condecorar al violador y asesino Camargo, ya que con sus setenta y dos crímenes cometidos en nuestra patria, puso el nombre del país en la palestra pública de todo el mundo.
Se aplica con todas sus letras «Cambalache»: «Los inmorales nos han igualado Da lo mismo el que labura noche y día como un buey, que el que vive de las minas, que el que mata, que el que cura o está fuera de la ley.»
AVC, aun cuando pudieren ser vistos de otra manera por quienes odiaron, o juzgaron a su manera al Ing Leon Febres Cordero, para mi, jamas dejaran de ser los guerilleros- terroristas mas avezados vistos en el Ecuador del siglo XX!