El 7 de enero inició la campaña electoral con miras a los comicios del domingo 23 de febrero del 2014. Otro año de licencias, caminatas y promesas, con candidatos de lo más variado, sin contar con aquellos que retornan a la lid electoral para una reelección.
Como siempre, quienes juegan un papel muy importante en la presente contienda son los medios de comunicación social, quienes tienen la obligación legal y moral de informar a la ciudadanía quieres son los candidatos a alcaldes, prefectos, viceprefectos, concejales y miembros de juntas parroquiales que pretenden representarnos, pues serán estos quienes guiarán nuestros destinos en educación, cultura, servicios públicos y urbanismo durante un período de cuatro años; de allí lo importante que resulta conocer quienes están aptos y quieres no, para desempeñar tan importante papel.
Aun en estas épocas de bombardeo publicitario, muchos ecuatorianos continuamos teniendo especial interés en saber cuantos de los “elegidos” por sus partidos políticos se han ganado tal distinción en base a sus méritos, cuantos tienen el famoso PhD y cuantos ostentan una maestría, pues a los consejos no se va únicamente a gritar, se va a trabajar, a elaborar ordenanzas y reglamentos; por ello es importante que quienes nos representan con voz y voto, conozcan la normativa que rige la administración pública, la cual en éste país es muy extensa, por no decir extensísima.
Por sobradas razones y tras una frustrada participación en las elecciones para asambleístas, el simpático candidato de patas limpias y rebuzne aireado, Don Burro, ha decidido regresar con más fuerza que nunca, para promocionar su mensaje cívico de que la ciudadanía elija con conciencia a sus representantes, pues a decir de sus voceros “los cuadros que se candidatizan no cumplen con las expectativas de la población, ya que una vez más, las organizaciones políticas no escogieron a los mejores”.
El debate, las ideas, las propuestas y el respecto, son fundamentales en toda contienda política, y de allí que Don Burro, esta vez junto a su alterna Doña Esperanza, regrese a contraatacar a quienes pretendan sorprender al pueblo ecuatoriano y venderle como dice el dicho: gato por libre.