Siempre he defendido y defenderé la libertad de prensa, pero creo que todo en la vida tiene un límite y que los seres humanos debemos respetar, y respetarnos a nosotros mismos.
Creo que la libertad de prensa permite y debe permitir que toda persona defienda su criterio, defienda sus creencias, denuncie las irregularidades que encuentra o descubre, señale lo que no es correcto, haga notar a los demás el peligro que él ve en lo que pasa e incluso que pueda advertir sobre la actuación del que ocupa una función pública, pero siempre dentro del límite de lo moral, sin insultar ni emplear la mentira como arma para convencer de lo que dice.
El respeto debe ser la base de la relación entre humanos. Los derechos están limitados por el respeto. Mi derecho termina donde empieza tu derecho. Todos tenemos derechos y todos debemos respetar el derecho de los demás. Si yo me creo con derecho a pisotear a los demás, estoy dejando de ser un ser humano y me convierto en un monstruo que no merece sino el desprecio y el rechazo del mundo.
Lógicamente, el respeto no es sólo a las ideas y a las cosas de los demás. El respeto incluye y debe incluir el respeto a los cánones morales, a lo establecido por las leyes humanas y las leyes de Dios. Si yo me presento abiertamente en público con una amante, es mi problema y tendré que asumir las consecuencias de mi comportamiento, pero si yo pretendo imponer mi mala forma de vida a los demás y hacer alarde de ese estilo de vida, ya es otra cosa, me estoy yendo en contra de los cánones morales, estoy fomentando una forma de vida que no es recomendable dentro de una sociedad que busca la armonía entre todos sus habitantes. Para que la sociedad se pueda perpetuar, es necesario que así como todos algún día tenemos que morir, también debemos permitir que nazcan más seres humanos.
He leído en un diario del país, algo que me ha preocupado mucho. El resumen dice: Hemos aprendido a amar, pero sin dejar de amarnos a nosotros mismos. El nuevo ideal de pareja es un equilibrio entre el romanticismo y los “swingers”. La pareja actual ya no es un nosotros cerrado, es un tú y yo dentro de un nosotros. Esto va en contra de la moral establecida y aunque para algunos pueda parecer interesante, el riesgo que se corre al aceptar este “estilo de vida” es grande en muchos aspectos: Ya no puede haber una seguridad de la paternidad de la criatura, hay posibilidad de infecciones que pueden ser graves e incluso mortales, por más tipo de seguridades que se usen y sobre todo, la promiscuidad de este estilo de vida, destruye la moral y la familia.
Creo que en este aspecto, la prensa debe tener por sí misma, no por las leyes, control y respeto a las normas morales, y este tipo de noticias y otras que lo único que hacen es escandalizar y promover formas no convenientes de vida, censurarlas y no permitir que se publiquen. Si alguien quiere llevar ese estilo de vida que lo haga, pero en privado, respetando el derecho de los demás a vivir dentro de la moral. Escandalizar, aparte de dañar a las personas, destruye la moral de una sociedad. La popularidad que se ha dado a las noticias de los GLBTI, es innecesaria y peligrosa para el mundo.
Estoy plenamente de acuerdo contus argumentos José Fernando, tú siempre ayudando a defender los valores morales. Saludos.
Como yo lo veo,cuando decidimos que somos libres como individuos,somos realmente libres ,totalmente libres,o no lo somos. Yo creo que la libertad es un ideal ,mas que una realidad. La realidad es que somos «libres» ,solo dentro de los controles establecidos socialmente y ,estos controles (que pueden ser buenos y hasta necesarios)también cambian.