La vida se compone de pequeñas historias, de momentos, de profundos suspiros, de ilusiones pasajeras y otras que nunca terminan, de miradas que no se olvidan y abrazos que duran para siempre.
La vida es como una manta de colección, o tal vez como una manta única hecha de retazos. Es un pequeño o gran rompecabezas, con piezas que se van haciendo a medida que los años pasan.
La vida no es una línea recta, por mucho que quieras ser inamovible, nada permanece porque todo fluye, segundo a segundo, con ruido o en silencio; rápido o ligero, pero todo pasa.
La vida vive y pasa, no está muerta y no se queda, no es un estanque, es un río de aguas tranquilas y a veces de aguas turbulentas. Es un océano, un mar, una laguna. Siempre es agua a dónde se refleja el sol y también la luna. La vida refleja quien eres y te dice también quien no quieres o no debes ser.
Solo hay que escuchar percibiendo adentro, aunque afuera hagan ruido. Tú mantente en silencio interior y armonízate con lo que en realidad tiene sentido. No hay que vivir del ayer ni para el mañana. No existen, son parte del engaño de la irrealidad.
Hay que vivir hoy para hoy, trabajando las partes de la manta, uniéndolas punta a punta, encajando cada una en su lugar.
Forma la manta de los retazos de tu vida. Cuántas sonrisas recuerdas, ¿la de un hijo? ¿La de un amigo? ¿La de un amor?
¿Cuántas miradas que no olvidarás nunca?
¿De qué se compone la vida?
La vida se compone de tu espacio y del mío, del espacio de todos, y también de nuestra ausencia.
La manta debe cubrirte sin invadir el lugar a dónde está la manta del de al lado. La vida se compone de valores, de respeto, de honestidad, de pulcritud. Aquello que no hace bien y no se hace por el bien, simplemente, no es vida.
la felicito, muy lindo escrito