Me he dado tregua de casi un año en lo que respecta a tratar temas de índole político, tiempo en el cual, llegué a reflexionar que en muchos estamentos del Estado, la cosa sigue igual y lamentablemente nos estamos acostumbrando a ser receptores de una constante y continua conculcación de nuestros derechos, y ese espíritu indoblegable del cual con orgullo los guayaquileños de antaño se jactaban, poco a poco, se ha convertido en ilusión e historia pasada que ya no tenemos.
Guayaquil, ciudad que me vio nacer, es de las poquísimas urbes que tomaron la decisión de dar un paso al frente y marcar su camino por un sendero tortuoso, pero con una visión clara de progreso y de bienestar para sus hijos. Guayaquil, tuvo la suerte a partir del año 1992 de tener dos excelentes Alcaldes, que más allá del amor y respeto por su terruño, fueron y son fieles a sus convicciones logrando transformar a esta ínclita y libérrima ciudad, del muladar al que fuera convertido, en el actual orgullo y ejemplo de propios y extraños.
Los guayaquileños de nacimiento y también los de corazón, nos hemos acostumbrado en estas dos últimas décadas a tener administradores y fiscalizadores, (en su gran mayoría), de la talla de los actuales, cuya única misión es seguir viendo a nuestra Ciudad, cada día más hermosa y pujante, y cada vez más radiante y productiva, con su gente empoderada de su desarrollo, y trabajando coordinadamente con su alcaldía en beneficio de sus entornos y el de su colectividad.
Guayaquil merece seguir ese rumbo, Guayaquil no puede agachar su cabeza a nada ni a nadie, los guayaquileños estamos convencidos que estamos transitando por el camino correcto y debemos mantenernos a toda costa en el mismo.
Es justo que defendamos lo que consideramos nuestro, es justo que protejamos de intereses protervos el futuro y desarrollo de Guayaquil, hay un equipo comandado por Jaime Nebot, que sobradamente ha demostrado que lo que se quiere se puede realizar, sin ofender a nadie, sin desprestigiar a nadie, sin excluir a nadie, pero eso sí, alzando la voz, con la fuerza del respaldo que nosotros los votantes le hemos dado, y que confiamos a él, que su gestión siga impulsando a nuestra ciudad, a Guayaquil como Ciudad Destino.
Nebot debe trabajar con su equipo de concejales, ese grupo de seres humanos de primerísimo orden, encabezados, por Polo y Susana, Luzmila y Josué, Doménica y Manuel en sus respectivos distritos y Luis por las parroquias Rurales, que imbuidos en el orgullo del guayaquileño, serán fieles los fiscalizadores de la gestión municipal en beneficio de todos nosotros.
Tendremos que defender, y eso nos toca a todos los que queremos esta Ciudad, que no se intente violentar o torcer la voluntad popular, y que esa votación abrumadora que será por el progreso de Guayaquil, se mantenga tal cual sea consignada. Creo que estaría demás ratificar, que Yo voto por NEBOT, y Toditititos sus Concejales.
Totalmente de acuerdo Francesco, no podemos permitir que la ambición llegue a nuestra ciudad y la convierta en una mas del montón, so pretexto de cambiar su rumbo quitando le dos puntales que reflejan su desarrollo y avance hacia un futuro mejor para sus conciudadanos, el puerto y el aeropuerto reflejan el empuje, trabajo y voluntad de una ciudad libre y dispuesta a seguir cosechando triunfos y reconocimientos internos y externos. A defender de pie y con firmeza lo logrado y a votar por nuestro Alcalde y su equipo. Saludos