Los dictadores ya no son militares; ahora, la mayoría son civiles y llegan al poder a través del voto popular, logran seducir a sus pueblos y los convencen de que son sus salvadores y que están para redimirlos, de esa forma se perpetúan en el poder.
Con especial audacia van copando todos los poderes, anulando a la oposición política, amordazando a la prensa, creando organizaciones paramilitares paralelas a las FF.AA. a su personal servicio, o manipulando a los mandos militares y haciéndolos sus cómplices; igualmente, la represión es brutal. A su figura paternalista y mesiánica le rodea una la aureola de redentor imprescindible; sus parientes cercanos y su círculo íntimo amasan gigantescas fortunas para el dispendio, mientras su pueblo se ahoga en la miseria.
El gobierno de Siria, de Bashar Al Assad, es el segundo tomo de la brutal dictadura de su padre. Miles de opositores han sido arrestados, torturados y asesinados desde el inicio de su mandato; su hermano, Maher, sería el responsable de la represión, ya que es el comandante de las fuerzas especiales; además, ejerce el control de las temidas milicias denominadas Shabbiha. Se dice que la “Shabbiha no son más que bandas de criminales compuesta por matones y delincuentes afines al régimen dictatorial sirio”, muy similares a los brutales Tonton Macoute, en Haití, de los Duvalier o a los Batallones de la Dignidad, en la narcocracia de Noriega en Panamá.
En Cuba, luego del triunfo del “Movimiento 26 de Julio”, liderado por Fidel Castro, se crearon los Comités de la Defensa de la Revolución (CDR); al inicio, se suponía que estos comités eran organizaciones solidarias que se crearon en cada barrio, luego pasaron a ser de espionaje, delación y para amedrentar a quienes no estaban de acuerdo con el régimen totalitario; ahora, en Venezuela se crearon este tipo de comités, que no son otra cosa que verdaderos instrumentos de represión creados por Chávez, y ahora al servicio del inefable Maduro.
Un cuerpo armado, paralelo a las FF.AA., bajo la autoridad directa del Presidente, tenemos en Venezuela: las llamadas Milicias Bolivarianas, integradas por las Reservas y la Guardia Nacional. Tras su incorporación a las FF.AA. y, de acuerdo a su estructura, pasan a tener el mismo rango. Por lo tanto, se dio un paso más para la concreción del llamado ejército revolucionario, siguiendo con ello el modelo cubano, bajo la consigna: defensa nacional popular integral.
Además, el gobierno de la llamada Revolución bolivariana (Chávez-Maduro), en sus 15 años en el poder, ha divido a la sociedad venezolana; ha creado grupos de garroteros que son guardias de choque como las llamadas células de “militantes revolucionarios” (bandas callejeras armadas) y las Redes de Movilización Inmediata (REMI) que las utiliza para amedrentar violentamente a quienes considera sus adversarios.
La abolición de las históricas FF.AA. está en marcha y se daría paso a un nuevo ejército surgido de las milicias revolucionarias socialistas, cuya única lealtad es al gobernante que pretende perennizarse.
Durar, permanecer, perpetuarse y sucederse a sí mismo, esa es la estrategia del totalitarismo.
Pues bien, con ese comentario no le queda más al pueblo democrático, o a cualquier pueblo del mundo que esté en esa misma situación, UNIRSE E IR A LA BATALLA, desgraciadamente contra hermanos, pero ellos no miran eso, hay que acabarlos. TRIUNFAR O MORIR pero de RODILLAS JAMAS. Ese es mi pensamiento.
El caso es que no hay que dejarlos enraizarse. Una vez que esos caudillos llegan al poder, no hay quien los desprenda. Basta mirar hacia Venezuela donde los muertos se suceden ? ya van 25 en este instante- para sacar a patadas a ese régimen de facto. No queremos que nos suceda igual. Haremos todo lo necesario para impedírselos. Hay que ver que es una conspiración que data del famoso Foro de Sao Paulo, organización de extrema izquierda, que agrupa bandas terroristas como las FARC, creada por Lula Da Silva y Fidel Castro, e implantada con la plata de Chávez. Es la franquicia del terror. Entre ellos se cuidan las espaldas. Los asesinos en motocicletas que hoy matan a los estudiantes, y aterrorizan a la población venezolana, es una copia exacta del aparato represivo iranio.