Luego de la destitución de Yanukóvich, el Parlamento ucraniano debió conformar un Gobierno de Unidad Nacional, que pudiese apaciguar los ánimos, conseguir la unidad de los ucranianos y llegar a la elección de un nuevo presidente el 25 de Mayo 2014.
Sin embargo, el haber nombrado presidente en funciones a Oleksander Turchínov, mano derecha de Yulia Timoshenko, acérrima rival de Yanukóvich, liberada de la cárcel, donde permanecía por cargos de corrupción, aumentó el descontento de los sectores del sur y este de Ucrania, que vieron pasar el balance de poder de un extremo a otro.
Las manifestaciones proliferaron en estas regiones afines a Rusia pero no justifica la intervención militar de Rusia, que parecería descubrir un deseo de aprovechar el momento para incrementar su influencia en Crimea y Ucrania Oriental para mantener su hegemonía en Ucrania.
Los gobiernos deben rendir cuentas a todos sus ciudadanos. El Gobierno interino debió ser integrado con representantes de todas las esferas políticas, para evitar la polarización que ahora es notable. Tendrán, ahora obligados, que rectificar, así como Putin debe comprender que una acción bélica dejaría un precedente indeseable y pondría en peligro los procesos de paz en el mundo.
Gracias por exponer sus apuntes del conflicto, desde antes para llegar al ahora, esperamos más exposiciones de esta, con su pleno conocimiento basado en su experiencia y presencia en los países en conflicto.