21 noviembre, 2024

Carnavalaso Electrónico

A propósito del carnaval, dice el diccionario en una de sus acepciones que es también una reunión “muy alegre y ruidosa”, tal como lo fue el voto electrónico en la provincia del Azuay. Hace un par de semanas escribí un artículo titulado “Voto electrónico”, en el que manifestaba que las cartas respecto a este novel sistema estaban echadas y que muchos estaríamos atentos a determinar si el famoso voto electrónico logró su cometido o fracasó en el intento.

Una vez culminados los comicios es una obligación moral referirme a ese significativo proceso: fue un éxito, por la seguridad en el procesamiento de las actas de escrutinio y la rapidez con la que se entregaron resultados a la ciudadanía; fue incluyente, porque garantizó la votación de personas con discapacidad; y, finalmente, fue intercultural porque por primera vez, en la noble provincia azuaya, los pueblos indígenas pudieron sufragar en idioma quichua.

Hoy puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que el temido proyecto de voto electrónico logró su cometido, un total carnavalazo electrónico por la alegría y satisfacción que ha llenado de orgullo a toda la nación, bajo el empuje y la dirección de su mentor el cuencano Juan Pablo Pozo (CNE), quien junto a un gran equipo humano llevó con orgullo y responsabilidad la bandera de la automatización de los procesos comiciales, convirtiendo al Azuay en un modelo de gestión electoral a nivel nacional, el cual fue reconocido por todos los informes de las misiones de observación internacional.

Ahora su compromiso debe ser llevarnos a su aplicación a nivel nacional por la certeza y celeridad demostradas. Quién sabe y quizás así se dejen de perder, traspapelar y quemar los votos. ¡Feliz carnaval!

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Si bien son muy merecidos los días que la humanidad ha dedicado a diversos personajes, indudablemente el señalado para honrar a las madres es quizás el más justo y el que más cerca está del corazón de todos los hombres. En efecto, la relación madre – hijo, no se inicia cuando este nace o cuando da sus primeros pasos, o expresa sus primeras palabras, sino que comienza desde el momento mismo en que principia el embarazo. Durante nueve meses, poco a poco, el hijo se va formando en el claustro materno y latiendo su corazón al compas del corazón de la progenitora. Dicho en otras palabras, la relación madre-hijo, es tan intensa que no existe ningún ser humano que pueda olvidarla. Tan cierto es lo que afirmamos que cuando un hombre pierde a su madre al nacer, es decir que no tuvo la posibilidad de conocerla físicamente, siempre presentirá la figura y los gestos de quien le dio el ser.

1 comentario

  1. ¡Que artículo más malo! No sé si es ambiguo, interesado o simplemente ingenuo. Que absurdo dedicarse a alabar un sistema defectuoso y que se presta para todo tipo de fraudes y de trampas. No digo que du amigo sea un tramposo. Pero es probable que su ambición mercantil, quiera hacernos creer, Ud. incluida, que es el mejor del mundo. Mire el adefesio que ha sido en Venezuela. No se diga aquí en el país. Aún están los kikuyos gobiernistas torciéndose los dedos, mientras un enano introduce du mano verde en luz resultados. Todavía no tenemos resultados en el Guayas, y Ud. aplaudiendo un adefesio. Nuestra democracia es aún patuleca como para instalar esos trastos venezolanos.

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