La explicación analítica de los abusivos…

Son sujetos que tienen un grave complejo de inferioridad. El miedo los corroe; piensan que todos los quieren lesionar. Para que no los lesionen, se defienden abusando. Sienten que todos los persiguen o les quieren hacer daño. Permanentemente creen que se está fraguando un complot en su contra.

Con su prepotencia abusan en cualquier circunstancia. Utilizan la agresividad para apabullar a quienes odian.

El pánico que sienten como consecuencia de sus traumas, los hace cometer actos irracionales. Tratan de ocultar su miedo utilizando el mecanismo psicológico de proyección, que clínicamente significa endilgar a otra persona lo que en el fondo ellos mismos lo son.

Así por ejemplo; si el abusivo es un ladrón, se proyectará hacia otra persona diciendo que es ladrona. Si el abusivo es corrupto, se proyectará hacia la otra persona diciendo que es corrupta. Todo lo malo que sean, lo proyectarán diciéndolo como si fueran características propias de quién quieren ofender. Analíticamente se sabe que solo son proyecciones que hacen a otra persona de sus propios complejos, odios, traumas y resentimientos.

Son cobardes consustanciales.

Individuos fuertemente temerosos por saber que no pueden enfrentar por sí mismo a quienes odian y se amparan bajo la autoridad que representan o en el grupo que los acompaña para hacerlo.

Actúan protegidos por el grupo. Su bravura se da como consecuencia de estar rodeados de sujetos que pueden defenderlos. El ampararse con la fuerza que les da el montón, se jactan de su mal llamada valentía para gritar lo que callan cuando andan solos.

Es fácil ser macho junto a muchos. Los abusivos son Narcisos sobrevalorados que necesitan obtener seguridad a través del miedo que ocasionan.

Sonríen socarronamente cuando infringen temor. Se jactan de sus logros; se creen invencibles. La expresión peyorativa es la tónica que utilizan para referirse a sus odiados. Emplean el sarcasmo y la sorna para denigrar. Se burlan de sus enemigos; los minimizan, los ridiculizan. Les ponen apodos; se burlan de las fallas físicas que tengan.

En psiquiatría existe un término conceptual llamado estupidez relativa. Este describe la frecuente circunstancia donde un estúpido siempre se rodeará de estúpidos relativos para que se rían y aplaudan de todo lo que diga. La obsesión desmedida de aplastar a quiénes se interpongan en su camino; es un desasosiego permanente que tortura a los abusivos.

Se auto generan odios infundados, que los hace decir lo primero que se les ocurra contra quién agreden. Viven envenenados por el rencor y los resentimientos. Son dominados por el impulso incontrolable de vengarse. Ejecutan revanchas permanentes contra quien crean que les ha hecho algún daño.

Hacen vendettas contra lo que representa lo que no han tenido. Su desmesurado resentimiento los hace realizar las más absurdas e irracionales actitudes. Pululan dentro de un odio incontenible que los domina y les carcome su existencia.

¿Quién sufre más; el que odia o el que es odiado?

Si tienen algún tipo de poder, serán una amenaza pública. Arremeterán contra todo lo que vaya contra sus intereses. Se impondrán por la fuerza y el temor. Violarán las leyes; no respetarán los procedimientos ni las instituciones.

Su palabra será la única verdad. Tratarán de controlarlo todo. Lo harán en base al miedo y la división que este genera. Impondrán su criterio por la fuerza. Mientras más temor tenga la gente, mayor placer libidinoso tendrán.

El hecho de saber que se les tiene miedo les da un goce morboso que calma la angustia que deviene de su cobardía. Experimentan un erotismo libidinoso a través del dolor que causan. Su ego se fortalece cuando sus arbitrariedades son sumisamente aceptadas por quienes les temen.

Son tiranos que solo viven para conservar el poder. La única forma de evitar a un abusivo es enfrentándolo. Ellos crecen mientras se les tema. Correrán llenos de miedo si son abandonados por quiénes los protegan. Solo son fuertes cuando someten a los débiles.

El alimento del tirano es el silencio del cobarde…