Disculpen, me ausenté por cambios

Viktor E. Franki dijo que cuando ya no podemos cambiar una situación, nos vemos en la necesidad de cambiarnos a nosotros mismos.

Que palabras más sabias… Nunca imaginé que me vería en la necesidad de cambiar tan radicalmente, y claro, 9 años después, miles de millas viajadas, casi dos años completos en un hotel lejos de mi familia y mis seres queridos, lejos de mi hogar y mis hobbies, lejos de mi lugar seguro, algo tenía que pasar.

Varias veces me encontré en la disyuntiva de ver que paso tomaría y debatí repetidamente frente al espejo sabiendo siempre que la razón y el sentimiento jamás llegarían a un acuerdo; tal vez peleaba contra la idea de dejar nuestra seguridad por lanzarme a una nueva aventura o a lo mejor porque lo que hacía me gustaba tanto que no me veía haciendo otra cosa, o posiblemente porque no me doy por vencido y quiero siempre seguir perfeccionándome, al punto de reinventarme si es necesario, pero ya nada de eso importa, el destino me lo puso en bandeja y el cambio se dio.

Hace 4 meses pensé que ese sería todo el cambio que vería en mucho tiempo, pero no, una vez más me adelante a la última página y me di cuenta que mis deducciones eran apresuradas y poco pensadas; nuevamente la razón y el sentimiento no dejaban que la verdad salga a la luz.

Me ha costado mucho adaptarme a varias situaciones. No estar de un lado al otro suena ideal, pero la costumbre me grita al oído y aunque no soy nada parecido a un nómada, la tendencia de trasladarme por el mundo pareciera haber sido algo que no me disgustaba del todo, por otro lado, pensé que al establecerme tendría tiempo de volver a mis hobbies, a una rutina sólida de ejercicios o de prácticas musicales, inclusive me propuse aprender a tocar guitarra y no he logrado la una, ni la otra, y hasta he perdido la posibilidad de hacer cosas que antes eran muy comunes para mi y mi familia, como el ir todos los domingos donde nuestros grandes amigos a hacer deporte y almorzar mientras hablamos de todo un poco.

Cambios, cambios y más cambios!!! Lo bueno… a mi me encanta retarme a mi mismo; moverme el piso saca siempre lo mejor de mi y aunque no he logrado cumplir con lo antes expuesto, hay otros retos que han empujado nueva adrenalina a mi vida. No me siento el mismo de antes y tampoco pienso como el anterior Christian, pero gracias a Dios no he perdido mi esencia, ni me he desencantado de lo que me motivó a tomar esta gran decisión en mi vida. Mi familia es mi ancla y me encanta estar cerca de ellos; encontrar a mis hijos esperando frente a la puerta cuando llego a casa me acelera el corazón más que dos horas de cardio seguidas; poder escuchar la voz de mi Negrita cuantas veces quiera y sin restricciones paga cualquier esfuerzo que tenga hacer; lograr cambiarme a mi y salir victorioso es mi mejor recompensa.

El cambio a algunos los hace sufrir, a mi siempre me saca una sonrisa.

Disculpen el haberme ausentado este tiempo, pero mi nueva vida estaba esperando por mi y ahora que he logrado controlarla volvamos a nuestra rutina de siempre.

¡Los extrañe!