21 noviembre, 2024

Lunfardo

El español es el idioma oficial de la mayoría de países de América del Sur. Y digo mayoría porque en este maravilloso continente coexisten muchas y diversas lenguas, como el español, portugués, inglés, quichua, guaraní, francés, etc.

A propósito de la devaluación del peso argentino, resulta atractivo para los turistas ecuatorianos viajar al país del tango, pues el cambio del dólar en el mercado llamado “Blue” es de 10 a 1.

Ahora, si viajamos al país del sur es de suponer que podamos comprender todo lo que nos dicen (después de todo, compartimos la misma lengua castellana).

Sin embargo, no debe sorprendernos que al llegar a la “Ciudad de la Furia”, como la llamaba Gustavo Cerati, integrante de la recordada banda de rock Soda Stereo, nos topemos con un dialecto desconocido para algunos foráneos: el lunfardo.

Los entendidos dicen que el lunfardo surgió en Buenos Aires durante la segunda mitad del siglo XIX y, con el tiempo, se fue incorporando al lenguaje habitual de casi toda Argentina y Uruguay. Es la jerga utilizada en la mayoría de los tangos para referirse a diferentes cosas en términos especiales. Y es considerado por muchos como el idioma del tango argentino y hoy un sinónimo del hablar porteño.

Esta jerga tiene hasta su propio diccionario y no necesariamente todas sus palabras se encuentran reconocidas por la Real Academia Española. Tal es el caso de la palabra “sorete”, totalmente desconocida para mí. En el diccionario lunfardo “sorete” significa “informal, tramposo, hombre de poco valor moral”. El diccionario es completo y tiene palabras inimaginables que van de la A a la Z.

Si usted, estimado lector, es de aquellos que gustan viajar hacia el sur y por lo apetecible de los “precios” decide encaminar su rumbo hacia la “Ciudad de la Furia”, no olvide navegar por la web y darle un vistazo a ese diccionario lunfardo para estar acorde al dialecto del tango y que luego no se le arme un “quilombo” con el castellano.

Artículos relacionados

¿Otra Crisis del mundo Árabe?

9

Ojalá, como espero, pueda contribuir en algo, con la publicación de 3 comentarios, a la comprensión de las revueltas políticas actuales en los países árabes, a través de lo que llamo “la crisis permanente del mundo árabe”.

Aparentemente Egipto está caminando su destino por cuenta propia. No es, sin embargo, así. Es el país árabe de mayor población. Eso sí. Son cerca de 85 millones de habitantes que, en su mayoría, han decidido liquidar una dictadura de 30 años. Y en buena hora! Pero la dictadura de Egipto no tiene sólo ese tiempo. Ni pertenece, exclusivamente, a Mubarak. Después de licuarse, por completo, políticamente hablando, la monarquía representada por el rey Faruk en 1952, los egipcios entraron en las ofertas dictatoriales de economías y culturas con rostro occidental. Los gobiernos de Nasser y Sadat hasta el que acaba de terminar de Mubarak , reconocidos como democracias, no han sido muy representativos de esta calificación. Tales nominaciones sólo han sido paraguas de protección de vivencias autoritarias, demagógicas, autocráticas y despóticas. Europa primero y con Estados Unidos después fueron los encargados de mantener esta farsa, encubridora de sus intereses económicos. Pura cosmetología Hollywoodense. Pero el asunto está más allá de los límites geográficos y de las pasarelas ideológicas de Egipto. Corresponde a la crisis permanente del mundo árabe.

Los medios, los fines y Bolivar

Vivimos a saltos de un absurdo a otro. Debemos estudiar un proyecto de Constitución y no sabemos cuál . Se denuncia un fraude en la redacción final de dicho documento y la Fiscalía bosteza ante una acusación de tanta trascendencia penal, política y democrática. Se denuncia preparativos de un fraude escrutador y quien preside el TSE bromea cínicamente sin dejar de complacer las previsiones gubernamentales en cuanto a integración de los llamados “Tribunales de Bolsillo”, simples réplicas provinciales del domesticado Supremo. ¿Qué estamos viviendo, aún antes de la revolución que anuncian?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×